Definitivamente, los planes de Borja Thyssen y Blanca Cuesta se han venido abajo. Porque lo que un principio parecía entenderse como un futuro probable ha terminado convirtiéndose en un camino de vidas separadas. Y es que la idea del matrimonio de mudarse a vivir, junto a sus tres hijos, a Andorra ha dado un giro de tornas.
Fue en el mes de febrero cuando, aprovechando la inauguración de la exposición de Paul Delvauz en el Thyssen, ambos anunciaron sus intenciones de cambiar de residencia al país andorrano. Con todo preparado, Thyssen y Cuesta se habían mostrado muy interesados también en encontrar el mejor colegio del país, con miras a seguir ofreciendo una exclusiva educación a sus cuatro pequeños, en un posible traslado.
Sin embargo, la intenciones del matrimonio han terminado viniéndose finalmente abajo, y con ellas las ventajas fiscales que supone vivir en el país vecino. Ahora, los viajes entre Andorra y Madrid se convertirán en imprescindibles y vitales tanto para Borja Thyssen como para Blanca Cuesta, quien permanecerá en la capital cuidando de sus hijos. Mientras, su marido tendrá que cumplir al cien por cien la ley andorrana para no tener que tributar como un español, sacando provecho de su vida en Andorra.
Esperando el final del curso escolar
Así, entre viaje y viaje, Cuesta cuesta parece contar los días para poder disfrutar de un verano más junto a toda su familia. Un hecho que hará que los Thyssen cambien Ibiza por Andorra como destino de vacaciones, exprimiendo al máximo las ventajas de su nueva y lujosa casa en Can Diumenge en Escaldes. Por su parte, los hijos del matrimonio ya cuentan con su plaza en el prestigioso Colegio Americano de Madrid, en Pozuelo de Alarcón. Por lo que la idea de cambiar de profesores y amigos de colegio aún tendrá que esperar.