Las 3 bodas de la Duquesa de Alba
Fueron más de 2.000 los invitados entre familiares, amigos, miembros de la nobleza, la realeza, la diplomacia... en definitiva, la flor y la nata en esos días grises para España. El banquete fue servido en el Palacio de las Dueñas de la capital hispalense, la favorita de todas las residencia de la Casa de Alba. Para compartir su alegría con los sevillanos, el padre de la novia ofreció comida a los pobres y repartió 10.000 pesetas de las de entonces para obras benéficas.
Esa jornada de otoño amanecía con buen tiempo en la capital andaluza. El novio había pasado la noche en el Hotel Eme de Sevilla, de donde salió a las 12:20 horas con destino a la casa de Victorio & Lucchino, donde le esperaba la madrina de boda, Carmen Tello. Una vez en el Palacio de las Dueñas se reunió con la novia, radiante con un traje de Victorio & Lucchino, y con los invitados, entre los que estaban casi todos los hijos de ella (faltaron Eugenia por una varicela y Jacobo por un enfrentamiento con la herencia), y otros familiares y amigos como Cayetano Rivera y Eva González. El otro gran ausente fue Fran Rivera, con el que la Duquesa no se hablaba al haber intentado obtener la custodia de su nieta Tana.
Ofició la ceremonia Ignacio Sánchez y ejerció como padrino el Duque de Huéscar. Tras darse el 'sí, quiero' y sellar su amor con un beso en la mejilla, los recién casados salieron a las puertas de las Dueñas para saludar a los ciudadanos que se acercaron a jalear a los Duques de Alba. Doña Cayetana tiró el ramo, y aunque le costó, a la tercera logró que una joven se lo quedara. Además, se quitó las bailarinas y se arrancó a bailar unas sevillanas con dificultad por sus 85 años, pero con mucho garbo. Después tocó banquete y mucho baile. La Duquesa de Alba se había casado y ya se podía morir tranquila. Junto a su tercer marido vivió feliz hasta que 3 años más tarde, el 20 de noviembre de 2014, falleció precisamente en ese palacio en el que había dado el 'sí, quiero' a Alfonso Díez.
La boda más esperada: Carlos Fitz-James Stuart y Matilde Solís
Muchos padres desean que sus hijos se casen y tengan descendencia, algo que es una obligación para los herederos nobles. La Duquesa de Alba llevaba casi una década casada con su segundo marido, mientras su primogénito y quien estaba llamado a sucederle, Carlos Fitz-James Stuart, permanecía soltero. Finalmente la alegría llegó a la Casa de Alba cuando el 14 de marzo de 1988 se anunció el compromiso entre el Duque de Huéscar y Matilde Solís, una joven sevillana 15 años más joven perteneciente a una familia noble muy importante.
El 18 de junio de 1988, Sevilla se engalanó para casar al futuro Duque de Alba con la tímida, reservada y atormentada hija de Fernando Solís-Beaumont y Atienza, X marqués de la Motilla, y de la no menos aristócrata Isabel Martínez de Campos y Rodríguez-Garzón. La ceremonia tuvo lugar en el Altar Mayor de la Catedral, un lugar privilegiado en el que los padres de él se habían dado el 'sí, quiero' cuatro décadas atrás. El novio llevó uniforme de maestrante, y la novia se enfundó un traje de José María Cerezal de seda india y organza. Para su cabello, Matilde Solís se colocó la tiara conocida como La Rusa que Cayetana de Alba había heredado de su abuela la Duquesa de Híjar. La pareja, que se casó ante 1.000 invitados, desfiló por las calles de Sevilla como si de la realeza se tratara. La pareja tuvo dos hijos, Fernando y Carlos, y se divorciaron 12 años después de casarse. Su historia acabó mal, pero con el tiempo lograron tener una relación cordial.
Alfonso, el duque que se casó con una princesa
Aunque Alfonso Martínez de Irujo, actual Duque de Híjar, es alérgico a la prensa pese a lo famosa que es su familia, no dudó en casarse con la sobrina del Príncipe Alfonso de Hohenlohe, principal impulsor de Puerto Banús y del esplendor de Marbella. Fue el 4 de julio de 1977 en la Parroquia de la Virgen Madre de Nueva Andalucía de la ciudad malagueña, y allí se reunieron 800 invitados que vieron emparentar a la más alta aristocracia con la realeza alemana. La novia llevó la tiara rusa de la Duquesa de Alba, que 11 años más tarde portaría Matilde Solís.
Tras darse el 'sí, quiero', los ya Duques de Aliaga se trasladaron a la urbanización Puente Romano, creada por el tío de la novia, donde se celebró un banquete por todo lo alto. La pareja tuvo dos hijos, Luis y Javier, y se divorciaron en 1987. A la Duquesa de Alba le costó, pero logró tener una relación cordial con la más esquiva de sus exnueras.
Jacobo, el conde de las dos bodas
El Conde de Siruela es el hijo más intelectual y bohemio de la Duquesa de Alba, y como ella misma ha reconocido, quien más se parece a ella, tanto físicamente como en el carácter. Eso por eso que ha sido con uno de los que más ha chocado a lo largo de su vida. Ha sido él también él único que ha seguido los pasos de su madre y se ha casado más de una vez. Su primera boda se celebró el 1 de noviembre de 1980 en el Palacio de Liria de Madrid, cuya capilla acogió un enlace dos años después de que la Duquesa de Alba diera el 'sí, quiero' a Jesús Aguirre. Los Condes de Siruela querían un enlace discreto, y lo consigueron. Tuvieron dos hijos y se separaron en 1998. Para Cayetana de Alba, Eugenia siguió siendo de la familia.
Tras su ruptura con Eugenia Fernández de Castro, Jacobo Fitz James-Stuart conoció a la periodista Inka Martí en el año 2000. La pareja se casó en la más estricta intimidad en el año 2004 en el Palazzo Cavalli de Venecia ante los hijos de él, y la hermana y la sobrina de ella. La ceremonia fue civil y la pareja sigue adelante, siendo el único hijo de la XVIII Duquesa de Alba que permanece casado.
Cayetano y la boda con sus hijos como invitados
El 25 de julio de 2001, Genoveva Casanova hizo padre por partida doble al quinto hijo de la Duquesa de Alba. Como era natural por su mentalidad y su posición, Cayetana Fitz James quería que se casaran, y tras pensárselo mucho, se dieron el 'sí, quiero' en el Palacio de las Dueñas de Sevilla. Era el 15 de octubre de 2015, y pese a que querían un enlace discreto con exclusiva de por medio, la boda generó gran expectación.
El novio llevó el traje de maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el mismo que se puso para ejercer de padrino de su hermana Eugenia cuando se casó con Fran Rivera en 1998. La novia se enfundó un fabuloso traje diseñado por Manuel Mota para Pronovias. Con ambos guapos, elegantes y radiantes y con 200 invitados, la capilla del Palacio de las Dueñas les oyó darse el 'sí, quiero'. Allí mismo fue el convite, para preservar su intimidad, y la antes mencionada exclusiva.
Eugenia y su torero: la boda deseada por la Duquesa de Alba
Faltaba un mes para que cumpliera 30 años cuando Eugenia Martínez de Irujo, benjamina de la Duquesa de Alba y titular del Ducado de Montoro se casó con Fran Rivera. Ella era miembro de la casa noble más importante de España, mientras que él era un torero de 24 años heredero de una de las sagas más importantes de la tauromaquia. Toros y aristocracia se unían 50 años después de que el sueño de Cayetana Fitz James de casarse con el diestro Curro Vázquez se fuera al garete.
La boda se celebró el 23 de octubre de 1998. La novia se vistió en Emanuel Ungaro con un traje de estilo medieval y escote cuadrado. Para su cabeza llevó la tiara de Eugenia de Montijo que había usado su madre en su primera boda. Ella llegó en una calesa con su hermano Cayetano, mientras que él, ataviado con un chaqué de Jaime Gallo, tuvo como madrina a su madre, Carmina Ordóñez y apareció en una limusina. La pareja tuvo una boda fastuosa en la Catedral con los Duques de Lugo como invitados de mayor rango, que destacaron de entre los 1.400 que fueron testigos. Tras pasar por la capilla de los Marineros de Triana, los ya Duques de Montoro regresaron a Dueñas para el banquete, no sin antes posar para la prensa y para los ciudadanos allí congregados. Fue una boda digna de una Infanta de España que incluso fue retransmitida por televisión. Su amor fructificó con el nacimiento de su hija Cayetana en 1999, aunque se separaron en 2002.
Las escasas bodas de los nietos de la XVIII Duquesa de Alba
Cayetana y Luis de Alba tuvieron 6 hijos, que a su vez les dieron 9 nietos. Carlos, Duque de Alba, es padre de Fernando y Carlos, que permanecen solteros. Alfonso, Duque de Aliaga, tiene a Luis y Javier Martínez de Irujo; el primero se ha casado con Adriana Marín el 1 de octubre de 2016 en el Palacio de Liria de Madrid, mientras que el segundo contrajo matrimonio con Inés Domecq el 20 de septiembre de 2008 en Jerez de la Frontera.
En aquel tiempo, la Duquesa de Alba estaba postrada en una silla de ruedas y muy delicada a causa de una hidrocefalia. Su estado era tan delicado que se atragantó con un zumo. Afortunadamente se recuperó, y tras ser operada vivió feliz seis años más. Javier Martínez de Irujo y Sol Domecq son padres de dos hijos, Sol (2001) y Alfonso (2013).
El tercer hijo de la XVIII Duquesa de Alba es Jacobo, que tras unirse con Eugenia Fernández de Castro tuvo a Jacobo y a Brianda. El primogénito pasó por el altar el 14 de mayo de 2011 con Asela Pérez Becerril en el Palacio de Liria de Madrid, y son padres de dos niños, Asela (2012) y Jacobo (2015), bebé al que su bisabuela Cayetana ya no pudo conocer.
Por su parte, Brianda no se ha casado ni tiene descendencia. El cuarto, Fernando Martínez de Irujo, permanece soltero y sin sucesión, no así Cayetano Martínez de Irujo, el quinto, que es padre de los mellizos Luis y Amina fruto de su relación con Genoneva Casanova. Finalmente, Eugenia Martínez de Irujo tuvo a Cayetana un año después de su fastuoso enlace con Fran Rivera. Debido a su corta edad, ninguno de los tres nietos pequeños de Doña Cayetana ha pasado por el altar. Así, de sus 9 nietos, solo se han casado tres de ellos, los dos hijos del Duque de Híjar y el primogénito del Conde de Siruela.