Seis meses después de anunciar su compromiso, la modelo y el empresario se han dado el 'sí quiero' en una gran boda judía celebrada al norte de Israel en la que estaba prohibido llevar móvil.
Tras anunciar su compromiso el pasado mes de marzo comenzaron los preparativos de la que se ha convertido en la boda del siglo en Israel. En un lujoso hotel con vistas al Mediterráneo situado en pleno bosque de Monte Carmelo, Bar Refaeli ha dado el 'sí quiero' a Adi Ezra.
Una boda de la que fueron testigos algo más de 300 invitados -entre los que no se encontraba el ex de la modelo Leonardo DiCaprio- que tuvieron que cumplir con un protocolo muy estricto para evitar filtraciones sobre el que se ha convertido en el enlace del siglo en Israel.Como si de una auténtica boda real o algo similar se tratara, todos y cada uno de los invitados tuvieron que pasar por un detector de metales, además de comprometerse a no llevar ni móvil ni cámara ni ningún tipo de dispositivo que captara imágenes fijas en movimiento.
Asimismo, para evitar que alguien 'se colara', se pidió a todos ellos que acudieran al enlace con un documento de identidad para comprobar que, efectivamente, eran ellos y que formaban parte de la larga lista de invitados.
Pero la gran polémica llegó cuando Bar Refaei y el empresario Adi Ezra pidieron a la autoridades israelíes que cerraran el espacio aéreo de la zona para evitar que los paparazzi pudieran captar imágenes con medios aéreos. Bar Refaeli apostó por la directora creativa de Chloé para su vestido de novia
En un primer momento se accedió a su petición, pero ante la oleada de críticas puesto que únicamente se cierra el espacio aéreo en caso de urgencia, el ministro de Transportes Israel Katz aseguró que había prohibido a la Aviación Civil llevar a cabo la petición.Una boda, por tarde, blindada y a todo lujo de la que apenas se conocen los detalles que la propia Bar Refaeli ha dado a sus seguidores a través de las redes sociales. Un medio en el que mostró algunos de los mejores momentos de su despedida de soltera en Las Maldivas y en el que la modelo desveló que Claire Waight Keller, directora creativa de Chloé, era la encargada de diseñar su vestido de novia.