La vida de Bobbi Kristina sigue pendiendo de un hilo. La hija de la desaparecida Whitney Houston continúa luchando por vencer a la muerte después de que hace siete semanas fuera encontrada inconsciente en la bañera. La incertidumbre con respecto al caso y los motivos de su crítico estado de salud siguen levantando controversias, mientras que la joven, de tan solo 22 años, sigue en coma inducido y sin ofrecer ningún tipo de respuesta favorable.
Ante esta situación, sus familiares han decidido trasladarla del Hospital Universitario de Emory, donde estaba ingresada, hasta un centro privado de rehabilitación no revelado. Según ET Online, el objetivo es intentar quitarle el tubo de respiración para ver cómo responde la paciente. Ya en febrero, los facultativos llevaron a cabo esta práctica sin ningún resultado positivo, provocándole una serie de ataques que estuvieron a punto de costarle la vida.
" Bobbi Kristina está luchando por su vida y está rodeado de su familia más directa ", confesó el representante de la familia en su último comunicado acerca del estado de salud de la hija de la diva de la canción. Además, aseguró que, pese a que los médicos advierten a la familia que han de esperarse lo peor, su padre Bobby Brown y otros familiares no pierden la esperanza de que se pueda salvar.
Completamente destrozado
El que tampoco lo está pasando nada bien es el novio de Bobbi Kristina, Nick Gordon, quien tras protagonizar una sonada y estrambótica entrevista en televisión, confesó que era adicto a las drogas y que había intentado suicidarse, lo que le obligó a ingresar en un centro de rehabilitación. Además, sigue formando parte de la lista de sospechosos que maneja la investigación policial. "Él no quiere tirar hacia delante, por está completamente herido. Está fuera de control", afirma su padre, Jack Walker, Jr.