Y aunque al principio tanto Bárbara Rey como su fiel defensora su hija Sofía Cristo participaban de la conversación en los medios de comunicación para dar su versión de los hechos, la escalada imparable del escándalo salpicando no solo al Rey Juan Carlos sino a la Reina Sofía, la esfera política del aquellos años y hasta la vuelta al presente del presunto chantaje pagado con dinero público para evitar que todo esto viera la luz por aquel entonces ha hecho que ambas acaben por perder la paciencia provocándose imágenes muy preocupantes y que nunca deberían de haber ocurrido.
La vedette ya había brotado contra la prensa días atrás a las puertas de la casa de la DJ denunciado a voz en grito que lo que estaban haciendo con ella era "acoso" siguiéndola a todas partes con tal de conseguir una imagen suya y alguna que otra declaración. Tras esto, tuvo que ser atendida por el 112 al sufrir una subida de tensión. Ahora, días más tarde, se emitían unas imágenes de Bárbara Rey de nuevo intentando huir a la desesperada de la prensa conduciendo a gran velocidad por las calles de Marbella para conseguir dar esquinazo a los reporteros que la seguían a una cita médica.
En un momento dado en un semáforo en rojo un furgón de la Policía Nacional se para a su lado y Bárbara Rey aprovecha para pedirles ayuda y protección ante la persecución que le estaban haciendo. El nerviosismo en la vedette era evidente y no atendía a las peticiones de los agentes que le solicitaban que moviese el coche para estacionarlo fuera de la carretera y poder hablar con más calma. Pero Bárbara Rey estaba muy alterada por la situación: "¡No me puedo parar! Me está siguiendo este señor de aquí y ese de allí".
Esto abría de nuevo el debate de los límites de la información en momentos como estos. Muchos criticaron a Bárbara Rey por conducir de forma temeraria por las calles siendo un peligro para la seguridad pública; mientras que otros se mostraban comprensivos con ella por el nivel de presencia mediática diariamente allí a donde va y que podría ser ya demasiado para ella -especialmente teniendo en cuenta que al Rey Juan Carlos apenas se le ha perseguido o criticado por todo esto poniendo el foco solo en la que era su amante-.
"Tengo que aguantar que la gente se me echen encima se hayan duchado o no"
Finalmente Bárbara Rey decidía pronunciarse sobre esto a través de su cuenta de Instagram con un comunicado en forma de vídeo: "Yo sé que hay muchísima gente que me quiere, que saben que estoy pasando un momento difícil y que estáis preocupados por mi salud. Os diré que poco a poco voy saliendo adelante", decía desde la mesa de un restaurante en el que estaba comiendo sola: "Soy una persona creyente y Dios me ayuda. Dios me ayuda mucho, estoy completamente convencida, cosa que sé que no va a hacer con gente muy malvada que hay por ahí suelta".
Tras esto, volvía a hablar a cámara, esta vez desde la peluquería: "Diréis que hoy me ha dado por hacer cositas y sacar vídeos. La verdad es que estaba abandonando un poco (mi vida) y no tengo porque. Que pase una cosa u otra no tiene porque me cambiar mi ritmo de vida y lo que tengo que hacer", reconocía intentando recuperar poco a poco una normalidad perdida desde la publicación de sus fotografías con el Rey Emérito.
Respecto a su comportamiento con la prensa, la vedette también se justificaba: "Tenéis que comprender que se me acusa de que yo trato mal (a la gente) y yo no trato mal a nadie, nunca he tratado mal a nadie. Pero si yo tengo hora con el médico y pierdo esa cita porque se me interpone gente, me obstaculizan el paso, es normal que me moleste", decía sobre el altercado anteriormente mecionado: "Si, aparte de eso, tengo que aguantar que la gente se me echen encima se hayan duchado o no, creo que eso no se puede consentir. Eso se llama acoso y no tengo porque soportarlo".