Parece que la necesidad de Gwyneth Paltrow de continuar deshaciéndose de todos sus recuerdos vividos y compartidos con su exmarido Chris Martin, continúan más vivos que nunca. Y es que, desde que su matrimonio decidiera establecer un punto y final a sus más de 10 años de casados, la actriz de Los Ángeles no ha parado ni un solo momento de desvincularse de todo aquello que aún le mantenía unida al cantante de la famosa banda inglesa Coldplay.
Una historia que, hasta entonces, pudieron compartir junto a sus dos pequeños Moses y Apple Martin y que también les ha dejado importantes propiedades de las que Paltrow ya ha comenzado a desprenderse. La primera de ellas, por ejemplo, se encargó de lucir el cartel de se vende hasta poco tiempo antes de finalizar el año 2016, situando su imagen y valor en el mercado con un precio de casi 5 millones de dólares, es decir, superando los cuatro millones de euros.
Esta mansión quedaba situada muy cerca de su ciudad natal, en Santa Bárbara, y se caracterizaba, sobre todo, por su increíble extensión y calidad extrema. Más de 450 metros cuadrados de terreno edificados donde sus señoriales jardines, sus amplios pasillos de mármol, sus numerosas terrazas con espectaculares vistas al mar y su majestuosa altura interior daban paso a una auténtica mansión de ensueño. Una vivienda donde la familia Martin Paltrow pudo ser muy feliz y que se acabó desvinculando de la expareja hace tan solo unos meses.
Ahora, parece haberle tocado el turno a uno de los rincones preferidos de la intérprete en la afamada ciudad de Nueva York. Un enclave ya no solo conocido por sus grandes atracciones turísticas, sino también por los puntos y lugares estratégicos en los que poder encontrarse con multitud de celebrities dedicadas al mundo de la música, de los negocios y de la interpretación. Entre ellos, cómo no, destacan barrios como el SoHo, Upper East Side, West Village, Greenwich Village, la multitudinaria Quinta Avenida y TriBeCa, situado en Lower Manhattan.
con isla central y zona de office del ático de Gwyneth Paltrow en Nueva York
Es en este último lugar, cuya imagen industrial ha sido totalmente reformada en los últimos años, con aires mucho más modernistas y lujosos, donde la actriz de 'Iron Man' y el vocalista de Coldplay poseían la que se ha convertido, sin duda alguna, en su "pesadilla" más duradera. Una mansión que ambos decidieron comprar en el año 2007, cuando apenas llevaban cuatro años de casados, y que les ha llevado más de doce meses para encontrar a su nuevo propietario. Un problema que preocupaba a la expareja y que por fin ha conseguido llegar a buen puerto.
Aunque eso sí, superando obstáculos que les han llevado a rebajar, en más de una ocasión, el precio de este valioso ático neoyorquino. Su precio de salida establecido, un año atrás, alcanzaba nada más y nada menos que los 14.5 millones de dólares , haciendo que su valor en el mercado fuera considerablemente extremo. Aunque parte de culpa, por supuesto, la tenían cada una de las minuciosidades que conformaban -y posiblemente seguirán conformando- su espectacular interior. Aun así, y viendo que su compra no llegaba nunca, la expareja decidió optar, poco más tarde, en rebajar su precio inicial, estableciéndolo en poco menos de 13 millones de dólares.
Con una rebaja del 30%
Con ello, tanto Paltrow como Martin esperaban que su nuevo dueño llegara pronto. Aunque hay que decir que dicho sueño tampoco acabó nunca por cumplirse, decidiendo incluso sacarlo durante una temporada fuera del mercado. Ahora, las decisiones sobre el futuro de su flamante ático en TriBeCa vuelven a preocupar a la que fue, durante más diez años, una de las parejas mediáticas más queridas del momento. Y de nuevo, el que parecía ser el nuevo valor definitivo de dicha propiedad volvía a sufrir algún que otro cambio en su cuantía final.
Por ello, quien decidiera adueñarse del que, hasta hace unos años, había sido el hogar perfecto para esta expareja y sus dos pequeños correría con la ventaja de poder hacerlo pagando un 30% menos de su precio inicial -es decir, los casi 14.5 millones de euros por los que se vendía doce meses atrás-. Y parece que esta nueva decisión ha encontrado, ¡POR FIN!, su esperado éxito. De ahora en adelante, Paltrow y Martin no tendrán que preocuparse más en cómo hacer que su vivienda de TriBeCa acabe llamando la atención de algún intrépido comprador.
Su nuevo dueño podrá disfrutar, a partir de ya, de todos aquellos lujos que desde hacía casi siete años rodeaban al que se creía uno de los matrimonios más consolidados del mundo celebrity. Un piso de más de 350 metros cuadrados donde la luminosidad se alza como protagonista absoluto de todo su escenario y en el que la pureza de sus detalles realza la belleza de todas sus estancias. Un total de tres dormitorios, tres cuartos de baño, una inmensa y acogedora cocina con isla central y zona de office, un hall recibidor, una sala de estar con biblioteca y zona de descanso, un salón y un comedor de lo más minimalista, conforman el conjunto de este envidiable hogar neoyorquino.
Además, hay que decir que la delicadeza con la que se trata cada tonalidad y cada particularidad de la casa es extremadamente estremecedora. Para empezar, con una selección de colores donde la paleta neutra se presenta como imprescindible. Paredes, cojines, cortinas, lámparas, mesas y toda clase de elementos que podamos descubrir en la que, hasta hace bien poco, era la vivienda de Paltrow se encuentran dotados de esta sutil y elegante característica. Un color que, además, permite que la iluminación que penetra a través de sus numerosos ventanales sea mucho más potente y deslumbrante.
Por su parte, también destaca, por ejemplo, la presencia de paredes vestidas con papel, que hacen que su imagen quede mucho más llamativa y refinada, y el empleo de materiales tan nobles como el mármol en algunas de las estancias de la casa. Asimismo, en su dormitorio principal llama mucho la atención la 'historia' o la 'excusa', por llamarlo de algún modo, que se esconden tras su inmensa y "kilométrica", realizada por encargo para que toda la familia al completa cupiese en ella. Sin duda, una vivienda diseñada bajo el más sincero cariño, en colaboración con la firma Roman and Williams, que pasará ahora a manos de un nuevo dueño.