El tenista y su mujer han sido vistos recuperando el tiempo perdido, puesto que él ha estado cumpliendo con sus compromisos en Australia.
Feliciano López ha vuelto a disfrutar de unos días familiares después de su derrota frente a Andréi Rubliov en el Open de Australia, un torneo que puede que se haya convertido en el último de su carrera en Oceanía. Él mismo lo hacía saber a través de una publicación en las redes sociales, diciendo: "Desde casa (¡por fin!) me gustaría compartir algunas reflexiones con vosotros. Fui hasta allí sin muchas esperanzas pero con la convicción, o más bien ilusión, de que el esfuerzo que estaba haciendo tendría su recompensa de una u otra manera".
Lo más complicado para él fue tener que separarse de su familia y viajar tan lejos, pero ya puede volver a disfrutar de planes en casa. "Fue muy duro dejar en casa a mi hijo de apenas 10 días y a mi mujer para irme al otro lado del mundo, literalmente, a jugar el que quizá pueda ser mi último Open de Australia. ¡Esperemos que no! Ahora toca disfrutar de mi familia unos días, que ya tocaba", ha dicho sobre esta última aventura deportiva que ha vivido. El tenista ha sido vista durante estas primeras horas en España dando un paseo junto a su mujer, Sandra Gago, que empujaba el carrito en el que iba su hijo Darío, y él mientras llevaba a su perro atado con la correa, adelantado un poco a los pasos de la modelo y a diferencia de ella, sin llevar mascarilla. Durante este paseo incluso llegaron a cruzarse con una mujer, que cruzó unas palabras con ellos y que le pidió una foto al tenista, que no dudó en fotografiarse con ella.
Fue el 4 de enero cuando el primer hijo de la pareja llegó al mundo, y fue dos días más tarde cuando la pareja salió del centro hospitalario para poder disfrutar del pequeño en casa. A los pocos días llegó la borrasca Filomena y el matrimonio disfrutó junto a su bebé viendo nevar por la ventana de su casa, que está ubicada en Madrid. Cuando la borrasca ya había pasado el tenista tuvo que hacer las maletas para poder cumplir con todas las restricciones que Australia exigía a los jugadores para poder competir. Han estado bastante tiempo alejados, y el deportista se ha perdido bastantes días de la vida de su hijo, así que ahora quiere recuperar el tiempo perdido. Una experiencia con sabor agridulce
"Llegamos allí y nos tocó hacer la cuarentena obligatoria que impone el gobierno australiano. Muchos compañeros lo pasaron muy mal al estar 14 o incluso hasta 20 días encerrados sin poder salir de la habitación. Yo tuve la suerte de que pude entrenar esos 14 días con Pablo Carreño y gracias a eso pude ponerme un poco en forma", ha explicado sobre esta experiencia alejado en cierto modo de todo y de todos. "Dadas mis circunstancias personales y unido a que Filomena colapsó Madrid durante unos días mi preparación podríamos decir que no fue la ideal... Tampoco ayuda las pocas facilidades y medios que la Federación de Tenis de Madrid pone a disposición de los jugadores profesionales que vivimos en Madrid", explicó sobre las complicaciones que ha encontrado por el camino. "La conclusión final es que a veces la vida te recompensa los grandes esfuerzos (no siempre) y que la edad en algunas ocasiones es solo un número. Siempre hay alguna manera de poder sentirte realizado como deportista aunque algunas veces no lo parezca", concluía.