El apellido Mohedano puede que sea uno de los más famosos del panorama televisivo español. A pesar de que su primera y máxima exponente se decantara por el apellido materno Jurado, tanto su hermano Amador como Gloria pasaron también a ocupar importantes titulares en la prensa. Tanto Rocío Jurado como sus hermanos nacieron en el municipio gaditano de Chipiona y, aunque profesionalmente sus padres no se dedicaron al mundo de la canción, lo cierto es que el talento sí parecía correr por la sangre de la familia.
Y es que, aunque su padre fue zapatero y su madre ama de casa, tanto el primero como la segunda sí hicieron sus coqueteos con el ámbito del espectáculo. En el caso del progenitor, este dedicaba sus ratos libres a demostrar sus dotes como cantaor de flamenco, mientras que su madre sí hizo, de manera privada, sus pequeños pinitos como cantante. Ahora bien, a los tres vástagos del matrimonio les tocó hacer frente a uno de sus momentos más difíciles cuando de manera temprana fallecía su padre, a la vez que, en 1978, su madre Rosario Jurado, también fallecía como consecuencia de un cáncer de páncreas. Sin duda, semejante panorama unió bastante a los hermanos, a pesar de que tiempo después su relación estuviera en entredicho por diferentes disputas familiares. Pero, ¿cómo fue la relación entre la cantante y sus hermanos?
Rocío Jurado
Nació en 1946 y, dado que en su casa ya respiró desde pequeñita la pasión por la música, con tan solo ocho años se lanzó a cantar frente al público gracias a una función teatral de su colegio. Desde entonces, no pararía de actuar en locales de diferentes tamaños hasta que, desafortunadamente, cuando ella tenía apenas quince años falleció su padre. Y es que, aunque esta situación obligó a la cantante a ponerse a trabajar, bien fuera como recolectora o zapatera, a ella no se le pasó por la cabeza en ningún momento renunciar a su sueño artístico.
Por ello y, motivada por su empeño, Rocío Jurado ganó su primer premio gracias a un concurso de Radio Sevilla. De esta forma, los reconocimientos en su tierra natal convencieron a su madre de que la entonces niña tenía un verdadero talento para el mundo de la canción, por lo que ambas hicieron las maletas y se trasladaron a Madrid. Allí, madre e hija conocieron a La Niña de los Peines quien, junto a Manolo Caracol y Pastora Imperio, se convirtieron en los mentores de Rocío Jurado.
Desde entonces, y entre conciertos y recitales, la fama de la cantante crecería como la espuma. Sus géneros predilectos fueron la copla y la balada, acompañadas de espectaculares puestas en escenas que realzaban aún más la grandiosidad de la artista. Famosas han sido sus canciones 'Como una ola', 'Como yo te amo' o 'Se nos rompió el amor', así como 'Te cambio mi bulería', un sencillo influenciado por los ritmos caribeños, que le fueron adquiridos dada su su cada vez mayor fama en Sudámerica.
Lo cierto es que su trayectoria profesional ha estado llena de reconocimientos tanto en España como fuera de sus fronteras. En nuestro país consiguió numerosos premios en su Andalucía natal, como así destacara el nombramiento como Hija Predilecta de Cádiz o Chipiona, así como desde el 2002 pasó a ser considerada miembro honorífico del Foro Iberoamericano de las Artes. No obstante, fuera de España también obtuvo destacadas insignias como una estrella en una calle de Miami, donde también fuera nombrada Hija Predilecta o el reconocimiento a su trayectoria que la ciudad de Nueva York le hizo en 2003.
Ahora bien, aunque su carrera como cantante solo estuvo llena de ascensos, lo cierto es que su vida personal sí estuvo llena de altibajos. En 1976 contrajo matrimonio con Pedro Carrasco, un boxeador al que había conocido apenas dos años antes en un festival benéfico que se celebraba en Las Ventas y en el que la cantante llegó a perder el conocimiento ante la aglomeración de gente que se le acercaba. De manera que, cuando él acudió para interesarse por ella, surgió el flechazo que culminaría en una multitudinaria boda celebrada en Chipiona.
Tan solo un año más tarde, la pareja daría la bienvenida a su única hija, a la que decidieron llamar Rocío, como su madre. Sin embargo, la agitada vida profesional de la cantante la alejó tanto de su hija, como de su marido, quienes se quedaban durante largas temporadas en España, mientras ella, que incluso llegó a actuar para Ronald Reagan en Estados Unidos, viajaba por motivos laborales. De esta forma, la relación con la pequeña Rocío se debilitó enormemente hasta el punto de que la artista no acudiera a algunas citas importantes para su hija.
Lo mismo le pasó con su marido, con quien la gota que colmó definitivamente el vaso fue la infidelidad del boxeador, mientras Rocío Jurado se encontraba de gira. "Pedro salió con una mujer y tuvo relaciones mientras Rocío estaba en América. Jurado se enteró, le sentó muy mal. 'A mí no me pone los cuernos nadie', dijo. Aquello fue muy serio. Pedro intentó por todos los medios pedirle perdón, pero ella se cerró en banda", explicó Antonio Murciano en una entrevista a Vanity Fair. De manera que, aunque ellos intentaron negar lo evidente, en 1989 firmaron definitivamente el divorcio, aunque su círculo más cercano siempre mantuvo que, aún separados, nunca dejaron de quererse.
Sin embargo, ambos pasaron página. Pedro Carrasco lo hizo con Raquel Mosquera y la artista lo haría de la mano de José Ortega Cano. El torero y ella pasaron por el altar en 1995, tres años después de que ambos iniciaran su romance debido a la demora de la nulidad matrimonial de su boda con el boxeador. Sin embargo, en 1995 la finca de Yerbabuena se engalanó para acoger una de las uniones más esperadas por la prensa y que tuvo lugar ante cerca de 1600 invitados.
Por otro lado, la artista siempre había querido tener más hijos, pero tras perder al hijo que esperaba en 1983, no había conseguido quedarse de nuevo embarazada. Por ello, tres años después de que Ortega Cano y ella se casaran, decidieron marcharse hasta Colombia para adoptar a dos hermanos que desde aquel momento pasarían a convertirse en los nuevos miembros de la familia: José Fernando y Gloria Camila. Desde entonces, con ellos no dudaría en acudir a sus citas más importantes e involucrarles en cada uno de sus pasos profesionales, a diferencia de la actitud que años atrás había tomado con su primera hija.
Tristemente la vida les tenía guardado un durísimo golpe. En 2004 la cantante se vio obligada a acudir a un centro hospitalario en Chipiona tras sufrir un intenso dolor en el abdomen. En aquel momento los médicos le aconsejaron trasladarse a Madrid para poder realizarle más pruebas y fue tras ellas cuando le diagnosticaron un cáncer de páncreas, el mismo del que fallecería su madre a una edad muy temprana. Sin embargo, y aunque su delicado estado de salud era un secreto a voces, no fue hasta un mes más tarde cuando ella decidió ponerle nombre y apellidos a lo que le pasaba. Lo hizo en una rueda de prensa en la que confirmó que emprendería un viaje a Houston para iniciar el tratamiento y, aunque ante las cámaras y de forma más privada siempre se mostró positiva, lo cierto es que la enfermedad no le dio tregua.
El 1 de junio de 2006 los medios de comunicación daban a conocer la noticia de que la cantante había fallecido a los 59 años rodeada de todos sus familiares, tal y como explicaba el comunicado emitido desde su entorno. Aquellos días fueron especialmente duros para todos sus seres queridos, pues tuvieron que mostrar entereza durante casi una semana de reconocimientos que se sucedieron desde Madrid a su tierra natal y que han terminado por fijar un Día Internacional en honor a la cantante.
Amador Mohedano
El hermano menor de la cantante ha dedicado la mayor parte de su vida a su hermana, pues desde que ella empezara a cobrar relevancia sobre los escenarios, Amador Mohedano se convirtió en el representante artístico de Rocío Jurado. De hecho, gracias a ella conoció a Rosa Benito, pues ella era la peluquera de la cantante y fueron muchas las horas de trabajo que Amador y la que más tarde se convertiría en su mujer, pasaron juntos.
Apenas unos meses después de iniciar su noviazgo, la pareja pasó por el altar y en los años siguientes se convertirían en padres de cuatros hijos llamados Rosario, Fernando, Salvador y el pequeño del clan, Amador. Sin embargo, 2013 sería un punto de inflexión en su vida, después de que salieran a la luz presuntas infidelidades del hermano de la artista a Rosa Benito. Fueron unos meses convulsos, llenos de indirectas y enfrentamientos televisivos que finalmente la pareja decidió solucionar firmando el divorcio tras 35 años de unión.
Sin embargo, esta situación sería el inicio de una caída en picado para el hermano de Rocío Jurado. Asediado por las deudas con Hacienda, Amador Mohedano entró a formar parte de la plantilla de 'Mujeres y hombres y viceversa', pero después de que su yerno interpusiera numerosas demandas contra la cadena, Telecinco decidió rescindirle el contrato a cualquier miembro de su familia y él se alejó así de la televisión.
En el terreno personal, Mohedano comparte su vida desde 2014 con Jacqueline, una ex Concejala del Ayuntamiento de Chipiona. Al comienzo de su relación, ambos afirmaban que entre ellos no había más que una simple amistad, pero el paso del tiempo ha sido el encargado de confirmar su romance. Ella ha permanecido siempre a su lado, incluso durante sus enfrentamientos más turbios con Rosa Benito, mientras que él, a pesar de que en un primer momento dijera que nunca llegaría a estar igual de enamorado como lo estuvo de su mujer, finalmente no ha podido más que rendirse a la evidencia.
Gloria Mohedano
Es la más desconocida de las tros hermanos, pero ello no ha evitado que se pronuncie públicamente sobre muchas de las polémicas que han afectado a la familia. Ahora bien, siempre prudente y reservada ha preferido que fuera su marido. José Antonio Rodríguez, quien hiciera de su portavoz ante los medios de comunicación. El matrimonio tiene una hija, llamada también Gloria, que se casó en 2009 en una ceremonia celebrada precisamente en casa de la hermana de Rocío Jurado y su marido.
La relación entre los hermanos Mohedano
Aunque el nombre se ha visto salpicado por la polémica, sobre todo desde que falleciera la cantante, lo cierto es que mientras vivió, su relación se caracterizó por el cariño y la complicidad. Por aquella época los tres hermanos y sus respectivas parejas eran una auténtica piña, como por ejemplo demostrara el hecho de que la cantante confiara en su hermano para que le llevara la representación artística.
Ya tras su muerte, sus hermanos, y en concreto Amador Mohedano, se convirtió en el principal abanderado de la familia en mantener vivo el recuerdo de 'La Más Grande'. En este sentido, destaca la cita anual en Chipiona donde los seres queridos de la artista se congregan en el cementerio para rendir homenaje a Rocío Jurado y, en el que desde luego, nunca falta la polémica. Y es que, desde hace años los caminos entre los tres hijos de la cantante parecen haber tomado rumbos separados. Rocío Carrasco no se habla ni con Gloria Camila o José Fernando, de la misma forma que tampoco mantiene ningún tipo de contacto con el resto de miembros. Sin duda una complicada situación que, aunque todos lamentan, no parece haber entrado ni siquiera en vías de solucionarse.
No obstante, el único varón de los Mohedano también ha querido romper en más de una ocasión una lanza en favor de su hermana Gloria. "Mi hermana Gloria ha sido mi ángel de la guarda. Me ha dado mucha ayuda en todos los sentidos", señaló Amador en uno de los programas durante su paso por 'Mujeres y hombres y viceversa', dando cuenta de que a pesar de que Rocío Jurado fuera el punto de unión de la familia, la relación entre los dos hermanos sigue siendo tan cercana y sincera como antaño.