Una semana después de recibir el papel definitivo que le permitía vivir cuatro días lejos de los muros de la cárcel de Alcalá de Guadaíra, las puertas de la prisión se abrían para que una exultante Isabel Pantoja saliera acompañada por Agustín Pantoja sin cubrirse la mirada con gafas de sol y saludando a los que allí la esperaban. Así han sido sus cuatro días de libertad.
Su hermano le llevó directamente a Cantora para pisar la tierra que pisó por última vez antes de entrar en la cárcel para cumplir su condena de dos años de cárcel por blanqueo de capitales dentro del 'caso Malaya'.
Allí la esperaban, además de por supuesto su madre Doña Aña, su hijo Kiko Rivera con su prometida Irene Rosales y su nieto Francisco Rivera Bueno, al primero que abrazó tras bajarse del coche conducido por su hermano.
Poco después las puertas de Cantora volvían a abrirse para recibir a Anabel Pantoja, que llegaba muy emocionada a abrazar a su tía llevando con ella al otro nieto de la tonadillera, Alberto, el hijo de Chabelita -que evidentemente no ha podido estar allí por estar en Honduras participando en 'Supervivientes 2015'- y Alberto Isla.
Después de algo más de 24 horas disfrutando de todos los suyos, hasta Cantora comenzaron a llegar algunos de sus amigos que habían sido convocados para celebrar una especie de fiesta en la que brindar por la vuelta a casa de Isabel Pantoja, aunque únicamente por cuatro días.
Pantoja vuelve a la cárcer lanzando besos y muy emocionada
Un cónclave de los Pantoja que ha terminado este viernes 5 de junio a primera hora de la mañana, cuando la tonadillera ha tenido que volver a recoger sus cosas y despedirse de toda su familia para hacer el paseíllo a la inversa camino otra vez de Alcalá de Guadaíra.
Pasaban las 11 de la mañana cuando la artista, nuevamente sin gafas de sol y con una gran sonrisa, salía de Cantora en el mismo vehículo conducido por su hermano Agustín para regresar a la prisión. Allí llegaba saludando y tirando besos a los fans, además de indicarles con el dedo pulgar en alto que todo está bien, y sin poder ocultar su emoción.
Segundos después era recibida por una funcionaria que le acompañaba al interior de la cárcel, donde tendrá que recuperar su día a día entre rejas soñando con su siguiente permiso carcelario, en el que, si su hija Chabelita ya está de vuelta a España, podrá abrazar al único miembro de su familia al que no ha podido ver en persona.