La presentadora fue una de las primeras personas que le vio las orejas al lobo y tomó una de las decisiones más acertadas: confinarse cuanto antes y así evitar problemas mayores. Ha contado a la revista Lecturas qué fue lo que hizo al ver que el coronavirus ya estaba empezando a complicar las cosas: "Ya llevaba días oyendo hablar del virus y me di cuenta de que salir a la calle era peligroso", revela asegurando que fue su Doctor Calvo quien le dijo que fuera precavida.
María Teresa Campos optó por no acudir a un estreno al que estaba invitada tan solo dos días antes de que se decretara el Estado de Alarma y se marchó a casa de su hija Carmen Borrego: "Me fui unos días con Carmen. Como Terelu había estado rodando con mucha gente días antes, no se fiaba. Cuando pasó un tiempo prudencial, me vine a su casa". La presentadora asegura que echa de menos los domingos en familia jugando a las cartas y dice de forma clara: "Estoy angustiada".
Sin duda, María Teresa Campos está muy concienciada con la situación que atraviesa el país y todo el mundo y cuenta que se siente muy triste por todo lo que está pasando y la forma en la que se está cobrando vidas el coronavirus: "Creo que los que todavía estamos con salud en casa somos unos privilegiados. ¡Lo que nos está pasando es una cosa terrible! (...) ¡Me ha dado una pena la cantidad de personas que han muerto y las que yo conocía... y familiares de amigos!".
Terelu Campos, preocupada por su madre
María Teresa Campos también tira de humor para hablar del confinamiento: "Estoy súper cuidada [ríe], tanto que no quiero ni mirarme al espejo, porque como Terelu no deja que entre nadie en esta casa, ni con mascarilla ni sin mascarilla, no me puedo poner un tinte ni cortar el pelo", cuenta. La comunicadora tiene el deseo de que Gustavo, su hombre de confianza, pueda llevarle un tiente y que así su hija pueda teñirle el pelo.
Además, María Teresa Campos asegura que Terelu Campos está muy preocupada por la situación: "Terelu lo pasa mal. Es como si hubiera asumido esa responsabilidad. ¡Es tan cuidadosa de todo! (...) A ver como lo digo, me dan ganas de llorar, ¡a ella le aterroriza que a mí me dé algo! No puedo entrar en contacto con nadie que haya estado en la calle ni entrar en la cocina. Con la persona que yo me he traído, con Sonia, sí porque lleva confinada conmigo en mi casa desde el principio". La presentadora termina con humor y cuenta que aunque tenga tentaciones de darle un beso a su hija, "los besos se los doy a la perra porque los perros no contagian nada".