Beverly Hills debe ser el punto del planeta Tierra más querido por todas las celebrities. Así lo llevan demostrando cientos de ellas desde hace años y parece que, por el momento, continuará siendo así. Y es que, ubicada a tan solo 10 kilómetros de la cuna del séptimo arte, resulta ser, con gran diferencia, el rincón preferido para artistas de la música y la gran pantalla a la hora de ubicar sus ricas y prestigiosas mansiones.
Por su parte, y desde hace ya meses, hemos podido presenciar el imparable desfile de ventas y compras que, por el momento, ha tenido lugar entre los rostros más cotizados del mundo. Ya sea por cuestiones personales o de trabajo, lo cierto es que esta ciudad de más de 30.000 habitantes no parece ser el destino definitivo para agotar los días de quienes pueden permitírselo.
O al menos de la mayoría de ellos, ya que el mercado inmobiliario de la costa oeste de Estados Unidos no ha para ni un solo momento de sorprendernos con cada una de sus impresionantes y escalofriantes ofertas. Viviendas que en un pasado fueron propiedades de algunos de nuestros más grandes ídolos y que en la actualidad pertenecen a otros peces gordos del entorno financiero, cinematográfico o televisivo.
Éste, por ejemplo, es el caso que rodea a uno de los personajes de cine más seguidos y cotizados de todos los tiempos: Tom Cruise. Una de las muchas joyas de la pantalla que también ha querido experimentar su propia experiencia en las colinas más famosas de Los Ángeles y donde ha podido disfrutar de verdaderos privilegios. Al menos hasta hace unos meses, cuando el inmueble fue vendido y adquirido por un nuevo propietario.
Demasiados recuerdos para Cruise encerrados en más que cuatro paredes, de los que finalmente ha conseguido deshacerse y pasar página. Todo ello se encuentra relacionado con el pasado que unió, en su momento, al actor estadounidense y a su entonces mujer, la también actriz Katie Holmes. Un romance que se iniciaba en el año 2005 y que se convertía en el tercer matrimonio para el protagonista de 'Misión Imposible', tras sus divorcios con Mimi Rogers y Nicole Kidman.
Un refugio en las colinas de Los Ángeles
La historia de Cruise y Holmes parecía ser auténtica, verdadera y con vistas a formar un futuro lejano juntos, pero en junio de 2012 las previsiones decidieron tomar un rumbo totalmente diferente. Siete años de relación, una hija en común -Suri Cruise-, y un gran saco de aventuras y anécdotas en común echaban el cierre a una de las relaciones más tiernas y llamativas de toda la historia de Hollywood.
Vivencias que marcaron un antes y un después en sus vidas y entre las que se encuentra esta preciosa mansión de 1.000 metros cuadrados de extensión. Una lujosa villa que cuenta con todo lujo de detalles y de la cual ha logrado ya desprenderse el intérprete de 'La guerra de los mundos'. Y nada más y nada menos que por el escalofriante precio de 35 millones de euros.
Una cifra comprensible, si se tienen en cuenta las características que envuelven a toda la propiedad, y de los que ha decidido desprenderse un conocido millonario financiero de Nueva York, Leon Black. A partir de ahora, será él y todo aquella persona de su entorno más cercano los que puedan vivir, sentir y regocijarse con aquellos privilegios que un día envolvieron a la ya expareja formada por Cruise y Holmes.
Sin duda alguna, una obra de arte del mundo de la construcción que sorprende, y mucho, con las maravillosas vistas que desde sus terrazas y ventanas ofrece. Espléndidas y privilegiadas panorámicas de la ciudad de Los Ángeles de las que un día pudieron presumir estas dos figuras de la gran pantalla. Uno de los detalles que, por supuesto, más atrae y llama la atención pero al que a su vez se suman el resto de minuciosidades que conforman esta majestuosa mansión de Beverly Hills.
En total, son siete las habitaciones y nueve los cuartos de baño que comprenden gran parte de los 1.000 metros cuadrados del inmueble. Rincones donde la ostentosidad se apodera de la mayor parte de la escena y donde el color blanco y la madera consiguen hacerse con el control de cada uno de sus elementos decorativos. Algo que también ocurre en el resto de habitaciones de la mansión, dejando que la cocina y los espacios comunes se conviertan en placenteros, delicados y acogedores lugares de la casa.
Estancias donde el carácter rústico hace acto de presencia y en las que luz del exterior se encarga de dar vida a cada uno de sus elementos, además de aportar imágenes privilegiadas de toda la ciudad. Y no sólo eso, sino que todo aquello que rodea al edificio también le ha hecho ser una de las reliquias más tentadoras de todo el mercado el mercado inmobiliario, y quizás lo que haya terminado por convencer y conquistar definitivamente a Leon Black.
Culpa de ello la tienen, por ejemplo, la pista de tenis, la piscina, la cancha de baloncesto, el parque infantil en el que pudo disfrutar la pequeña Suri Cruise e incluso la casa de invitados, adaptada para agradar a todo aquel que se instale en ella. Seguramente, uno de los refugios principales de los seres queridos más y cercanos de la expareja Cruise-Holmes. Sin embargo, a partir de ahora, tanto sus huéspedes como sus propios anfitriones tendrán que conformarse con emprender rumbos totalmente diferentes.
Para el recuerdo quedarán todos esos momentos que junto a su exmujer y su hija Suri Cruise ha experimentado en uno de los lugares más lujosos y afamados de Los Ángeles. Ahora, será Leon Black quien se aproveche de todos ellos, quien se ha encargado de desembolsar 35 millones para hacerse con el poder de la vivienda. En total, 7 millones más que lo que un día tuvo que pagar la pareja para vivir entre sus fortificados muros, ya que la cifra que tuvieron que pagar rondaba por aquel entonces entorno a los 25 millones de euros.