A CUERPO DE REY

Así era la acomodada vida de Mario Vargas Llosa en casa de Isabel Preysler a la que ha preferido renunciar

El escritor parecía estar la mar de bien en casa de Preysler, pero las cosas se fueron torciendo con el tiempo.

Tamara García Copado 31 Enero 2023 en Bekia

Tras conocerse la ruptura entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ha sido el entorno de él el que ha dado a entender que el escritor se encontraba a disgusto en la casa que al socialité posee en Puerta del Hierro, aunque no era lo que parecía. Al poco de dar comienzo a su relación, fue él que no dudó en trasladarse a la mansión de su pareja, conocida comúnmente como 'Villa Meona' por los numerosos aseos con los que cuenta. Durante los años que han estado juntos se le ha podido ver paseando por las inmediaciones, y nada hacía presagiar que se encontrara a disgusto, aunque parece que sí era así.

Parece que este hecho habría sido una de las razones de un distanciamiento en la relación, aunque no hay nada constatado. Si bien es cierto parece chocante que Isabel Preysler pueda incomodar a alguien porque es una anfitriona más que reconocida. El ganador del Premio Nobel de Literatura se podría decir que ha vivido los últimos años a 'cuerpo de rey', pero ahora reniega de aquello.

Tras la ruptura, no han sido pocas las voces del entorno de Mario Vargas Llosa que han querido evidenciar lo poco cómodo que se sentía el escritor en casa de Isabel Preysler pero no parece que esto haya sido así</b>.

"El ambiente en casa de Isabel no es el mismo que cuando Vargas Llosa se instaló en el chalé de Puerta de Hierro en 2015. Ahora está lleno de hijos pródigos, nietos, yernos y futuras nueras", ha dicho María Eugenia Yagüe en su crónica para LOC. Parece ser que una vida tan ajetreada, llena de niños y de presencias a las que no estaba acostumbrado han supuesto un contratiempo para él con el que no ha podido lidiar.

"Es posible que se haya sentido ninguneado", apuntaba la citada crónica, y es que todas estas personas no tendrían un especial interés en la literatura de Vargas Llosa, por lo que eso habría aumentado su incomodidad. La cultura es imprescindible en su vida, algo que no sucede con todos los miembros de la familia de Isabel Preysler, que prefieren recrearse con otras cosas y ocupar su tiempo viajando o saliendo de cena con amigos.

Una imagen muy distinta

"Fue allí -en casa de Preysler- donde comenzó una lujosa rutina, desconocida por muchos, que contaba con un mayordomo que le preparaba la ropa cada vez que salía e incluso le ayudaba a vestirse", publicaba la periodista Pilar Vidal en el periódico ABC. "Antes de dormirse necesitaba llevar a cabo una manía muy particular: buscaba a Preysler para que esta fuera a arroparle y le diese un beso en la cama cada día", añaden desde dicho periódico, y es que nadie se esperaba que su vida fuera así. Por otro lado, otra de las razones que habrían creado un distanciamiento podría tener que ver con las supuestas flatulencias de Vargas Llosa, nada toleradas por Isabel Preysler, y tampoco por su hija Tamara Falcó.

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