Los cinco ladrones entraron disfrazados de policías y se hicieron con un botín valorado en nueve millones de euros. Entre las joyas que se llevaron, se encontraba el anillo de pedida que Kanye West regaló a Kardashian para pedirle matrimonio, tasado en tres millones y medio de euros.
Después de capturar y procesar a diez personas implicadas en el hurto, la policía francesa ha detenido a un nuevo sospechoso en la Costa Azul, según informaba Nice Matin. El hombre, de 28 años, ha sido imputado por robo con arma en banda organizada, secuestro y asociación de malhechores, indicaba Le Monde.
El clan de los veteranos
Gracias a sus antecedentes, la policía no tuvo problemas en identificarlos como autores, ya se que se encontraron pruebas de ADN tanto en la cinta adhesiva que pegaron en la boca de la americana como en las bridas con las que la ataron a ella y al conserje. Además, algunos de los delincuentes actuaron a rostro descubierto y fueron reconocidos gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Según los medios franceses, las joyas fueron fundidas en Bélgica y con los restos se hicieron otras nuevas. En las casas de los detenidos se encontraron grandes cantidades de dinero que indicarían que las nuevas alhajas ya se habrían puesto a la venta en el mercado negro.
Se va arrojando así un poco más de luz a uno de los episodios más oscuros dela vida de Kim Kardashian. La millonaria pasó por un trauma que la llevó a alejarse del foco mediático por una temporada para centrarse en pasar más tiempo con su familia y amigos.