Lamentablemente, a veces se cumple ese dicho que señala que las desgracias nunca vienen solas, o si no que se lo digan a Jesé Rodríguez, que tras haber sufrido una dura lesión en la rodilla derecha por la que tuvo que ser operado, ha visto su casa arder.
Jesé, salvado por los bomberos
Más suerte corrió el dueño de la casa, Jesé, que al oír una explosión y notar que la casa se llenaba de humo salió al jardín con su hijo y un amigo. Como relata Marca, el niño y el amigo saltaron la valla y se fueron con Arbeloa, que les socorrió y les acogió en su casa.
Sin embargo Jesé tuvo que esperar para salir de allí, ya que por culpa de la lesión camina con muletas, así que tuvo que ser rescatado por los bomberos, que le sacaron de allí y apagaron el fuego de la casa. Jesé se fue a casa de Arbeloa y después a un hotel.