Arantxa Sánchez Vicario ya está oficialmente divorciada de Josep Santacana después de un largo proceso, y ha sido el juzgado de primera instancia de Espugles de Llobregat, en Barcelona, el que ha dictado la disolución del matrimonio. Por el momento hay un plazo de 20 días para recurrirla, pero al margen de este proceso hay otro abierto en un juzgado de Miami.
Tras conocerse la sentencia el abogado de la extenista, Ramón Tamborero, ha dicho a La Vanguardia que está contenta con la resolución: "Estamos muy satisfechos porque la sentencia no incluye los capítulos matrimoniales que solicitaba Santacana, que era nuestra pretensión. Todo lo que se refiere al patrimonio de Arantxa se discutirá en EEUU", y continuaba: "Esta sentencia abre la vía a discutir, en EEUU, qué ha pasado con ese patrimonio que, presuntamente, ha desaparecido".
Pero la cosa no ha quedado ahí porque entre medias hay otro asunto relacionado con la guardia y custodia de los dos hijos que tienen en común. El catalán tiene un régimen provisional de visitas, aunque queda por esclarecerse en un juzgado de Miami la sentencia definitiva.
Un duro proceso
Lo cierto es que este proceso ha sido muy duro y doloroso para Arantxa Sánchez Vicario, que así lo hizo saber a la revista ¡Hola!: "Su traición es tan profunda que la cicatriz no se curará nunca. Es como que fuese a sangrar para siempre". Fue en febrero de 2017 cuando se conoció la noticia de su separación después de que comenzaran su relación en 2007.