El jueves 23 de enero tenía lugar la segunda jornada de uno de los juicios más importantes y mediáticos de esta nueva década: el de Harvey Weinstein por los casos dos casos de abuso y violación que le pueden llevar a enfrentarse a una pena de cadena perpetua de ser declarado culpable. Algo que desean un centenar de mujeres que se han declarado víctimas del exproductor de cine a lo largo de los años y otras miles de ellas que se han sumado al movimiento #MeToo desde que salió a la luz aquel artículo de The New York Times en noviembre de 2017 que convirtió al ahora acusado en un "monstruo" y un "violador", decía la defensa de las víctimas en el primer día del juicio.
En este segundo día se sentaba a declarar la primera testigo del caso : Annabella Sciorra, actriz de 'Los soprano' y también presunta víctima del acusado. La estadounidense lo hacía para contar cómo fue violada por Harvey Weinstein una noche entre 1993 y 1994. Ambos había coincidido en una cena con más personas y el producto le ofreció llevarla a casa en su coche. Durante el viaje no tuvieron ningún tipo de conversación que pudiese dar lugar a ningún malentendido. Al llegar, Sciorra subió a su casa y Weinstein se fue. O eso creía ella. Se puso el pijama y ordenó unas cosas en su habitación. Entonces alguien llamó a la puerta y era él.
Sciorra: "Deseaba no haber abierto nunca la puerta"
Entró y mantuvieron una conversación. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el productor se estaba desabrochando la camisa: " Me di cuenta de que en su cabeza quería tener sexo ". Sciorra recuerda levantarse para ir al baño y encerrarse pero no le dio tiempo. "Me cogió de aquí -dijo agarrándose a sí misma la solapa de la chaqueta-, me metió en la habitación y me tiró a la cama. Cogió mis manos y me las puso detrás de mi cabeza", decía desde el estrado mientras rompía a llorar. Mientras tanto Weinstein miraba para otro lado intentando no mantener un contacto visual con la presunta víctima. " Puso su pene dentro de mi vagina y me violó. Estaba encima de mí y me violó ". De ahí adelante asegura no recordar bien cómo ocurrieron los hechos hasta el momento en el que todo terminó.
" En cierto punto paró, salió de mi y eyaculó en mi pierna ", recuerda: "Cuando le pregunté si tenía algo que decir por lo que había hecho y me respondió: 'He tenido una sincronización perfecta'". Pero la cosa no terminó aquí: " Entonces puo su boca en mi vagina. Antes de bajar me dijo: 'Esto es para ti'. Ya no me quedaban fuerzas para luchar. Era tan desagradable que mi cuerpo empezó a temblar de forma totalmente inusual, no sabía que era, pensé que me daba un ataque", añadió. La Fiscal Joan Illuzzi le preguntó entonces si le contó a alguien lo ocurrido y la testigo dijo que no, que esa noche había llamado a su hermano, que la novia de este la vistió y que no articuló palabra: " Quería creer que jamás había ocurrido. Me sentía confundida. Deseaba no haber abierto nunca la puerta ", lamentó.
Esta añadió que desde entonces entró en un estado de depresión en el que no dejaba de llorar, se aisló de todo el mundo y empezó a autolesionarse: " Me cortaba a mi misma. Tenía una pared blanca y la pinté de rojo con mi sangre ", decía. Semanas más tarde, víctima y verdugo se encontraron en un restaurante y Sciorra intentó hablar con él sobre lo ocurrido: "Intenté hablar con él y decirle cómo me levanté y me desmayé", y Weinstein le respondió: "Eso es lo que dicen las buenas niñas católicas", y le pidió que esto se quedase entre ellos dos. Volvieron a encontrarse hasta en dos ocasiones más: una en 1994 durante la grabación de una película en Londres; y otra en 1997, durante la promoción de la película 'Cop Land' en Cannes (Francia). Ella siempre intentó esquivarlo pero en ambas el productor intentó un acercamiento. En la primera ocasión llamó a su puerta de la habitación del hotel pero no le abrió al descubrir que era él; la segunda ocurrió lo mismo pero miró antes de abrir y se lo encontró en calzoncillos y con una botella en la mano. Sciorra llamó a varias personas del servicio del hotel y finalmente Weinstein se acabó yendo.
La defensa intentó desacreditar a la víctima
Durante el turno de la defensa, la abogada Donna Rounno intentó desacreditar a la testigo haciendo hincapié en todas las lagunas temporales que tiene e intentó buscar alguna contradicción en la cronología de su relato. También le preguntó por qué no había dicho nada de lo ocurrido y esta le respondió: " En ese momento no entendía lo que era una violación ". También le preguntó por qué no había acudido tampoco a un médico: "Me sentía amenazada, atemorizada", insistía.
La abogada seguía buscando la forma de convertir todo aquel testimonio tan acusador en una mentira e hizo alusión a si todo podría haber sido fruto de su consumo de pastillas y alcohol. "No tomaba nada", apuntó Sciorra. Este dato vino a raíz de unos regalos que le había hecho anteriormente el productor a la actriz: por un lado, le mandó un paquete que incluía bebida y una caja de Valium; y en otra ocasión, una caja de chocolates con forma de penes. La última baza utilizada por Rounno fue el de su papel como actriz, algo que ya había estado comentando en diferentes programas de televisión antes del arranque del juicio y que ella consideraba una de los mejores recursos de la mayoría de las víctimas que acusan a su clinete: interpretar el papel de presicsamente eso, víctimas. " ¿Es justo decir que, como parte de su trabajo, usted pretenden ser alguien que no es? ", a lo que Sciorra respondió: " No ".