El pasado lunes 14 de marzo a las 21:00 estaba programado el vuelo que llevaría de Nueva York a Frankfurt a Anna Delvey, cuyo nombre original es Anna Sorokin, para ser deportada después de que su visado hubiese caducado ya en 2021 cuando salió de prisión. En cambio, esto nunca llegó a ocurrir ya que sus abogados presentaron una "cancelación de remoción o deportación" ya que todavía estarían en plazo, tal y como explicó su abogado al medio Post, ya que no han pasado 30 días desde que se denegó el pasado 17 de febrero la solicitud de residencia.
Por el momento, las autoridades todavía están en plazo de volver a tomar una decisión final e irrevocable respecto a la situación de Sorokin en los Estados Unidos, aunque también ha transcendido ya que se estaría buscando una nueva fecha para que se lleva a cabo la deportación. Por el momento, Delvey seguirá en el centro penitenciario de Goshen, en Nueva York.
Se está buscando una nueva fecha
La joven de origen ruso había sido detenido el pasado mes de marzo, apenas un par de semanas después de salir de prisión, ya que su visado para seguir en los Estados Unidos habría caducado. Por aquel entonces, Delvey residía de nuevo en la ciudad de Nueva York después de haber pasado 3 años en prisión por varios delitos de estafa -su condena era de 4 a 12 años- y haber saldado todas sus deudas gracias al dinero que había recibido por vender los derechos de su historia a Netflix.
Su equipo de abogados, que luchan de manera intensa por conseguir que Delvey pueda seguir viviendo en Estados Unidos, han alegado también que la vuelta de su clienta a Alemania podría suponer un peligro para ella ya que podrían tomarse represalias contra ella al no haber dejado en muy buen lugar a los alemanes con sus farsas para estafar miles de dólares en Nueva York.
Sorokin apenas vivió un par de años en Alemania después de que su familia se mudase desde Rusia cuando tenía 16 años. Una vez terminó sus estudios, la joven se instaló primero en Londres para estudiar en la escuela Central Saint Martins, aunque esta la abandonó poco después y para hacer prácticas en la revista Purple en París. Esta fue la que le permitió viajar a Nueva York por primera vez con motivo de la Semana de la Moda para no volver y empezar entonces una vida ficticia como una millonaria heredera alemana.