La presentadora ha hablado de uno de los peores momentos que ha experimentado tras haber sido madre.
Cristina Pedroche se ha lanzado a la aventura literaria publicando su primer libro en el que habla de su maternidad, de la valentía y su descubrimiento personal. En este libro se ha abierto en canal para hablar cómo es su papel como madre, cuáles han sido sus miedos en este momento de su vida y cómo le ha costado desvincularse de las crítica y los juicios continuos a los que se expone por ser un personaje público.
El nacimiento de su hija Laia en julio de 2023 cambió su vida por completo, y ahora lo ha desgranado en este libro, revelando aspectos muy íntimos y desconocidos. Desde el primer momento quiso tener todo bajo control, pero hay cosas que se escapan. El primer golpe incluso le llegó antes de anunciar el embarazo, porque la noticia se filtró a la prensa. Antes de llegar a las doce semanas de gestación y de superar el primer trimestre ya se sabía. "Nos hicieron mucho daño y eso desencadenó nuevos miedos, temía no poder controlar mi propia vida, que la gente pudiese explicar cosas de mí sin que yo pudiera contarlas antes", ha confesado la presentadora. Una de sus primeras preocupaciones tras dar a luz surgió en el hospital, cuando tras la puerta de su habitación escuchó a varias personas criticándola a ella, pero también a su marido, y pensó que ser hija de 'la Pedroche' podría llegar a ser un castigo. Sus miedos crecieron porque pensó que su hija podría ser criticada por cualquier cosa por ser hija suya, y es por eso que decidió encerrarse en su casa las primeras semanas tras dar a luz, con tal de que nadie viese a la niña.
Pero lo que más dolor que propició fue lo que le ocurrió cuando su hija tan solo tenía dos meses y medio de vida. Estaba tan agotada por la falta de sueño que amamantó a la niña en la cama, y terminó durmiéndose, con tan mala suerte que su hija cayó al suelo. "Me sentí la peor madre del mundo por quedarme dormida. Su cuerpecito se había deslizado entre la cama y la cuna colecho. No se me quita la imagen de ella llorando, tan pequeña, en el suelo. ¿Cómo había sido capaz de quedarme dormida, qué tipo de madre era? No paraba de fustigarme y en mi mente se dispararon ideas apocalípticas que me bloquearon", ha escrito en su libro. Lo ha pasado muy mal
Sus pensamientos fueron tan negativos que incluso pensó en que perdería a la pequeña, y así lo ha contado: "Me la van a quitar. Ya está, hasta aquí he llegado: dos meses. Me muero". Fue por eso que necesitó ayuda psicológica e incluso psiquiátrica. "Cuando se cayó, todo mi mundo se vino abajo. Lo poquito que había construido en dos meses se fue a la mierda. Tuve que empezar de cero o de menos doscientos. Ahora, pasado el tiempo, me he construido otra vez, pero sigo notándome muy frágil. A nada que pase, me desmorono", ha reconocido.