La actriz ha recordado la figura de su madre, una persona que llenó su vida pero también la cambió por completo con su muerte.
Angelina Jolie ha querido volver a recordar a su madre, Marcheline Bertrand, con una carta en la que ha recordado los momentos más difíciles que vivió tras su muerte en 2007, y lo ha hecho en un texto que ha sido compartido en el New York Times, en que además se ha querido centrar en todo lo que significó para ella y todo lo que la echa de menos.
"Cuando miro atrás veo cuánto me cambió su marcha. No fue de repente pero muchas cosas dieron un giro dentro de mí", ha sido una de las cosas que ha dicho al respecto, y es que la perdió justo cuando acababa de comenzar su relación con Brad Pitt. En la carta sigue diciendo: "Perder el amor, abrazo y calidez de una madre es como que te arrebaten una manta protectora. Cuando mi padre tuvo un affaire le cambió la vida", y es que fue en 1976 cuando el matrimonio decidió separarse, un año más tarde del nacimiento de Angelina Jolie.En cuanto a cómo afectó el divorcio a su madre, la actriz lo ha definido de esta manera: "Prendió fuego a su sueño de una familia, pero siguió disfrutando de ser madre. Sus sueños de convertirse en actriz se fueron diluyendo al encontrarse a sí misma, a los 26 años, con dos niños y un exfamoso que le hacía sombra".
Por otro lado, la recuerda con todo el amor del mundo: "Después de su muerte encontré un vídeo de una interpretación suya en un corto, era muy buena, todo era posible para ella. Pero ahora, con mis niñas creciendo y con edades que yo recuerdo de mi infancia como hija, redescubro a mi madre y su espíritu", para continuar diciendo: "Ahora sé lo que es estar sola y abrazar con mi abrigo a aquellos a los que quiero. Conozco el sentido de gratitud arrollador por ser suficientemente fuerte para mantenerles a salvo", refiriéndose a sus hijos, que son lo más importante para ella.Un cambio por completo de su cuerpo
La muerte de su madre marcó su vida de lleno, no solo por lo que significaba para ella, sino por lo que tiene que ver con su salud. En febrero de 2013, a los 37 años, la intérprete se sometió a una doble mastectomía después de conocer que tenía un gen hereditario que le podría causar cáncer de mama con un 87% de probabilidades, algo heredado de su madre. Dos años más tarde, y tras la muerte de su tía que tenía la misma alteración genética, se sometió entonces a la extirpación de los ovarios y las trompas de Falopio por tener un 50% de riesgo de sufrir cáncer de ovarios, cambiando su cuerpo por completo en muy poco tiempo y enfrentándose a ello también de manera emocional.