Aquellas escenas de 'Señor y Señora Smith' en las que se veía a Brad Pitt y Angelina Jolie intentando acabar el uno con el otro por todos los medios posibles (pistolas, granadas, etc.) parecían totalmente ficticias en 2005 pero de un tiempo a esta parte se convirtieron en la metáfora de la propia realidad de Brangelina (así se conocía a la mediática pareja cuando todavía rebosaban amor por los cuatro costados). Fue en 2016 cuando dio comienzo uno de los procesos de divorcio más largos y 'sangrientos' de la Hollywood.
Además de dejar de ser marido y mujer, los dos actores también tenían que llegar a un acuerdo por la custodia de los seis hijo adoptivos que tienen en común (Maddox, de 16 años; Pax, de 14; Zahara, de 12; Shiloh, de 11; y los gemelos, Vivienne y Knox, de 9), algo que fue lo que encendió la llama de lo que serían más de dos años lento divorcio. Tras no conseguir alcanzar un acuerdo de forma privada, un juez estableció que los niños permanecerían con la madre y sería el padre el que cumpliría con un calendario marcado por el propio juez (excepto Maddox que, por ley, tiene libertad para elegir el mismo qué quiere hacer y con quién quiere estar en cada momento).
La batalla, que se estaba llevando en la más estricta intimidad, se convirtió en escarnio público cuando la actriz decidió denunciar públicamente al que es todavía su marido por llevar más de un año y medio sin pasar la manutención de los seis hijos, alegando que todo el dinero que recibía era en concepto de préstamo. Empezaron entonces las acusaciones de vuelta y fueron los amigos del acusado los que intentaron dejar a Jolie como " una mentirosa y una manipuladora ". Así que tras convertirse el proceso en una auténtica telenovela, finalmente ha tenido que intervenir de nuevo un juez para poner, de una vez por todas, fin al proceso de divorcio.
Comenzará el próximo 4 de diciembre
Los dos actores se volverán a ver las caras el próximo 4 de diciembre en los juzgados. Dará entonces comienzo el juicio que durará entre 2 y 3 semanas en el que, por cierto, ambos podrán contratar un juez privado que defienda sus propios intereses personales y llevarlo de forma más privada posible sin que se filtre nada durante el trascurso. Será el magistrado John Ouderkirk quien resolverá el divorcio.