Casi una semana después de este momento, Ana Rosa reaparecía en sus redes sociales con una profunda reflexión sobre cómo en cuestión de días su vida había cambiado drásticamente. Junto a una fotografía con su marido en la biblioteca de Los Silos, antiguo convento de San Francisco en Madrid, escribió: "Lo que cambia la vida en un instante".
Pese a las escueta de palabras, con esta publicación parecía reconocer que, en el momento de aquella fotografía, ni ella misma se esperaba lo que un diagnostico médico iba a hacer que empezase a vivir su vida de una forma muy diferente a cómo lo estaba haciendo en ese preciso instante en el que se tomaba la fotografía con su marido.
Ya había hecho frente a esta enfermedad en 2010
A pesar de ello, reconocía que tanto ella como su marido lo habían vivido llenos de miedos, pero esto no hicieron que su vida se viese tan afectada, al menos en el plano profesional. En cambio, esta ocasión ha preferido dedicarse plenamente a su plano más personal, dejar de lado el trabajo y centrarse únicamente en ella misma y en su salud. Esta aplaudida decisión fue respaldada por compañeros, amigos e incluso telespectadores que le hicieron llegar cientos de mensajes de cariño.