Para ella su hijo tenía un talento sin igual, y ha recalcado que el deseo que tenía el joven era ganar mucho dinero para poder retirar a su madre y alejarse de todo para poder dedicarse a la escritura. Pero no pudo ser. Por eso ahora su madre ha querido acabar lo que él empezó. "Se me ocurrió escribir desde el principio de ese puto día de marzo", ha dicho Obregón, contando que el libro comienza desde el fatal diagnóstico.
Para ella lo más importante en esta vida es dar amor: "Esta obra es un canto a la vida y a la muerte, es un homenaje a mi hijo, pero también a todos los valientes que luchan por vivir, esta obra inspira a darnos cuenta de que la vida no está garantizada para nadie, tú crees que tienes todo, pero no está garantizado, he conocido dos mundos: el de las plantas de oncología, les ves que luchan por vivir con el 'veneno-curación', como yo lo llamaba, con la sonrisa; y luego hay otro mundo, el de las quejas, criticamos, juzgamos... Entonces creo que en eso tiene que inspirar, que hay que dedicar amor que es lo único que te llevas".
Ha querido perpetuar su legado
"Estoy emocionada sobre todo por mi hijo, sé que estará feliz, ojalá estuviera sentado aquí Aless, se ve que en cada tragedia, por grande que sea, pueda haber un rayito de luz. Lo que me ha perdonado la vida ha sido seguir su legado y cumplir sus deseos", terminaba diciendo sobre sus decisiones, cumpliendo los sueños de su fallecido hijo.