Ana Obregón se enfrenta a una Navidad complicada, quizás la que más difícil sea para ella porque no estará ni con sus padres ni con su hijo. Al primero al que perdió fue a Álex Lequio en mayo de 2020, dejando un increíble vacío en ella del que aún no se ha repuesto, y al año perdió a su madre. El último en marcharse ha sido su padre y estas serán las primeras navidades sin él, por lo que ha contado en qué se refugia y cómo se siente en estos momentos.
Mientras, la actriz se ha volcado en el trabajo, aunque lo que se emita en Navidad ya estará grabado con antelación. " La gente me verá este año en el programa Telepasión, de TVE, que lo presento con Mario, que es adorable y me ha hecho reír cada segundo. Yo tengo un truquito, que es llorar todo lo que puedas la noche anterior y, así, ese día no te quedan lágrimas. El único que protesta es el maquillador, que tiene que disimular mis ojos hinchados", ha dicho en una entrevista para ¡Hola!.
Además, con motivo del trabajo ha experimentado un pequeño cambio en su vestuario, dejando el luto a un lado: "Contradictoriamente, estaré el día veinticuatro cantando y bailando en la tele, aunque al mismo tiempo esté sola en casa... Sigo vistiendo solo de negro o de blanco, porque todavía estoy de luto, y aún no veo mi corazón de colores. Me lo he quitado para hacer el programa de Nochebuen a. Voy de rojo y de dorado. Me miraba al espejo y ya no me veía...".
En cuanto a cómo pasará la Navidad, ha dicho: " Estas Navidades van a ser difíciles. No tengo dónde ir y no quiero pasar la Nochebuena sola en casa. Tal vez iré a Marbella, con una amiga, o a algún lugar donde no tenga ningún recuerdo de nada... Tal vez Canarias, o Punta Cana, donde también tengo muchos amigos. Ya veremos. También va a ser difícil. Cuando di las campanadas hace dos años, en la Puerta del Sol, todavía tenía a mis padres y les mandé un besito a ellos y otro a mi niño, como he hecho siempre".
Mientras que no sabe qué pasará con su navidad, ha hablado de sus proyectos y entretenimientos mientras lidia con la pérdida: "Estoy superconcentrada en la escritura del libro de mi hijo. Es una joya. Aless tenía la carrera de Filosofía y la de Economía y escribía de maravilla. El corazón de mi libro es lo que escribió él. Lo tengo que terminar en marzo para que salga en junio y poder ir a la Feria del Libro. Lo voy a donar todo a la fundación de Aless, que, por cierto, a través de un amigo, y gracias a Alessandro, hemos recibido una donación supergenerosa de un 'ángel' llamado Aurelio Palomo. Esta persona, que falleció de cáncer y no tenía mujer ni hijos, nos ha cedido el local que será la futura sede de la fundación, en la calle Hermosilla, y toda su herencia, con la que hemos podido empezar a financiar proyectos para el sarcoma de Ewing, que es el que tuvo mi hijo".
Volcada en la influencer Elena Huelva
Otra de sus preocupaciones es Elena Huelva, la joven que ha visibilizado su enfermedad en las redes sociales y con la que tiene amistad: " Estos dos últimos meses he estado muy cerca de Elena y de su hermana, que es un amor y no se despega de ella, esperando para conseguir que entrara en un ensayo clínico. Desafortunadamente, todavía está en lista de espera. Ayer me dijo una cosa que me sobrecogió mucho: 'Gracias, Ana, por haberme regalado estos dos meses de esperanza'. Yo he acompañado a mi hijo, a mi madre, a mi padre..., me sentía necesitada. Y pienso: 'Y ahora, ¿a quién cuido?'. Yo creo que he equivocado mi profesión, porque a mí lo que siempre me ha gustado es ayudar a los demás". Su hijo murió de la misma enfermedad que tiene Elena Huelva y desea que ella pueda seguir adelante.