La ruptura con Isabel Preysler y su posterior acercamiento a Patricia Llosa ha traído a la palestra cómo fue su pasado, o cómo fueron los inicios de su relación con la madre de sus tres hijos, un comienzo que no estuvo exento del escándalo. parece que ya ha tenido que surfear olas peores que con la que ahora ha tenido que lidiar al romper su relación con la socialité después de siete años juntos.
Si bien es cierto, si escribió sobre su primer matrimonio, quizás cuando no se imaginaba todo lo que vendría después. El ganador del premio Nobel de Literatura escribió en 1977 'La tía Julia y el escribidor' para relatar su primer matrimonio y el escándalo que supuso en una familia de la burguesía de Lima.
La mujer que conquistó su corazón se llamaba Julia Urquidi, y estaba recién divorciada cuando Mario Vargas Llosa la conoció en Cochabamba, en Bolivia, en casa de sus tíos. Por aquel entonces él estudiaba derecho y ella quería tomarse un respiro tras su divorcio. Era hermana de Olga, casada con Luis Llosa Ureta, tío carnal de Mario. Este no fue su primer encuentro, porque ambos se habían conocido cuando él tan solo era un niño y tenía nueve años, pero tras una década sin verse, las cosas cambiaron.
Pese a que en un primer momento ella no llamó la atención de Vargas Llosa, aceptó la invitación de Julia Urquidi para ir al cine, así que empezaron a pasear juntos mientras nacía una relación que no fue vista con buenos ojos por la diferencia de edad que existía entre ellos, ya que ella tenía diez años más. Tras casarse en secreto en 1955, el matrimonio duró ocho años, hasta que en su vida apareció Patricia Llosa.
'La tía Julia y el escribidor', el libro escrito por Mario Vargas Llosa, relataba cómo fue su noviazgo secreto y prohibido y como se fueron lejos después de casarse. este libro fue contestado con la publicación de otro por parte de Julia Urquidi, una novela titulada, aunque llegó en 1983, mientras que Llosa publicó el suyo en 1977. En este Urquidi se centró sobre todo en el matrimonio y en el divorcio.
Ella recordó su matrimonio con cariño, pero también lo pasó muy mal, y en una entrevista concedida diez años de su muerte decía: "Yo lo hice a él. El talento era de Mario, pero el sacrificio fue mío. Me costó mucho. Sin mi ayuda no hubiera sido escritor. El copiar sus borradores, el obligarlo a que se sentara a escribir. Bueno, fue algo mutuo, creo que los dos nos necesitábamos".
La relación de ambos terminó cuando Patricia Llosa Urquidi, sobrina de Julia y prima de Mario, se instaló en París con 15 años para estudiar literatura. El escritor y Patricia Llosa se enamoraron y en 1965 se casaron, cuando ella tenía tan solo veinte años. Pese a todo, Mario Vargas Llosa y Julia Urquidi siguieron teniendo contacto, hasta que él publicó un libro sobre su relación en 1977, momento en el que dejaron de hablatse. Ella falleció a los 84 años en 2010.
Pero el matrimonio de Patricia Llosa y Mario Vargas Llosa no se escapó de las infidelidades, que a juzgar por la carta que envió a Isabel Preysler, ella consentía y perdonaba, por eso le rogó en el momento en el que supo que su relación amorosa podría salir a la luz que no lo hiciera público, que se olvidara porque podía ser una más, que no hiciera caso a Mario, pero Preysler no contestó esa carta, que dio paso a una relación que duró siete años.
Entre tanto, é publicó en 2021 un relato que muchos asocian al posible arrepentimiento del escritor de haber roto su matrimonio de cincuenta años con la madre de sus hijos, un relato que decía cosas así: "Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita por una mujer que no valía la pena. Todas las noches pienso en ella y le pido perdón. Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí".
Una posible reconciliación
Él lo desmintió, si bien es cierto, su mujer también se llama Carmen, y tras romper con Isabel Preysler se ha reencontrado con ella, manteniendo el contacto y haciendo saltar las alarmas porque puede que haya una reconciliación entre ellos en su vejez, unidos por el cariño que sienten por sus hijos y nietos y por el medio siglo que pasaron juntos.