Amaia Salamanca es una mujer fiel a su estilo y con una imagen muy marcada. Sin embargo, en los años que lleva en activo, el aspecto físico de la madrileña ha cambiado considerablemente. Más allá de la evolución lógica por el paso del tiempo - teniendo en cuenta además que comenzó su carrera a los 20 años - la actriz ha cambiado mucho de look tanto a nivel personal como profesional, para dar vida a los distintos personajes que ha interpretado en el cine, en el teatro y, sobre todo, en la televisión.
Antes de debutar en el mundo de la interpretación la de Coslada ya había hecho sus pinitos como modelo publicitaria, siendo imagen de distintas firmas, así como protagonizando varias campañas o videoclips musicales, pero su primer papel importante como actriz llegó en el año 2006, cuando dio vida al personaje de Paula Dejardains Gómez de Iridutia en 'SMS, sin miedo a soñar', la serie de La Sextadonde trabajó a lo largo de 187 capítulos.
Tras participar en un par de episodios de 'Los Hombres de Paco' llegó el papel que lanzaría su nombre definitivamente a la fama, el de Catalina Marcos Ruiz en ' Sin tetas no hay paraíso ', la serie de Telecinco que protagonizó junto a Miguel Ángel Silvestre. Esta interpretación le valió la candidatura a Mejor actriz de televisión en los TP de Oro 2009, así como también fue nominada a Mejor actriz revelación en los Premios Unión de Actores 2010. Y, aunque solo fueron 43 capítulos emitidos entre 2008 y 2009, la ficción abarca un período cronológico más extenso, por lo que el cambio de Salamanca para mostrar la evolución de su personaje fue muy notable.
Y mientras que en la anterior década se caracterizó por llevar una larga melena rubia, a finales de los años 10, Salamanca jugó mucho más con su pelo, decantándose por medias melenas, flequillos desfilados y distintos colores para su cabello. Después de debutar en la gran pantalla con 'Fuga de cerebros' (2009), Salamanca experimentó su primer gran cambio de look para la película de 2010 'Tensión sexual no resuelta', donde tenía el pelo castaño oscuro.
De este modo, y antes de volver a su clásica melena ondulada con mechas rubias y raíces más naturales a principios de 2020, Amaia Salamanca lució su imagen más radical en los años anteriores, cuando apostó por un corto bob en tono rubio platino casi blanco, como se puede ver en las cintas de 2016 'Nuestros amantes' y 'Manual de principiantes para ser presidente'.
Por otro lado, la exigencias del guion han hecho que Amaia Salamanca se vea muy distinta en numerosas ocasiones. Quizá la transformación más significativa se produjese en el año 2010 cuando tuvo que caracterizarse por completo para dar vida a la actual Reina de España en ' Felipe y Letizia ', la miniserie de Telecinco en la que recreó su paso de periodista a princesa.
Sus transformaciones por exigencias del guion
Otro motivo por el que Amaia Salamanca ha tenido que cambiar su apariencia es el contexto histórico de las series que ha protagonizado. Así, la actriz ha tenido que mutar en varios momentos de su trayectoria para meterse en la piel de personajes como Alicia Alarcón en 'Gran Hotel' (2011-2013), Bárbara de Senillosa en 'Velvet' (2013-2015) o Julia Ballester en 'Tiempos de guerra' (2017).
Además, lejos del rubio al que nos tiene acostumbrado, en los últimos años, la intérprete madrileña ha podido comprobar qué tal le sentaba el pelirrojo, pasando de los tonos cobrizos a los más intensos para dar vida a distintos roles como el de Fátima en la serie de Antena 3 'La embajada' (2016), el de Nadine y Sofía en las películas de Netflix 'Perdida' (2018) y 'A pesar de todo' (2019) o el de Daniela Allende-Salazar en el largometraje '¿Qué te juegas?' (2019).