Por consejo de la modelo, el futbolista decidió mudarse esperando que su matrimonio mejorara.
Tras las informaciones que están saliendo, parece que la ruptura entre Álvaro Morata y Alice Campello era inminente. Si bien en un principio el futbolista y la modelo dijeron que la separación se debía a "incomprensiones" continuas, luego Leticia Requejo afirmaba que ya habían tenido "una crisis" previa a la Eurocopa y que el año tan difícil que había pasado el jugador del AC Milán habría sido el detonante. Finalmente, ha sido Javier de Hoyos, quien, tras hablar con Álvaro Morata, ha dejado claro que han sido las discusiones las que ha puesto punto final al matrimonio.
No obstante, a pesar de que hubiera pequeños baches en la pareja e, incluso, una pequeña crisis matrimonial, tanto Álvaro Morata como Alice Campello han intentado luchar por la pareja hasta el final. Así lo corroboraba Leticia Requejo en 'TardeAR' y así lo ha afirmado la revista Semana, donde se ha desvelado el último movimiento que hizo el futbolista para salvar su matrimonio. Al parecer, Álvaro Morata habría fichado por el AC Milán no por motivos profesionales, sino más bien por motivos personales y sentimentales. Según informan al citado medio, el jugador tomó la decisión de marcharse a Italia para poder seguir con su matrimonio, puesto que lo que Álvaro Morata quería era seguir formando parte de la plantilla de jugadores del Atlético de Madrid.
Una huida de las críticas
Sin embargo, Alice Campello pensaba que era mejor marcharse a Italia, porque allí ambos podrían reducir la presión que tenían en torno a ellos. No es de extrañar ya que, durante la Eurocopa, Álvaro Morata recibió tantas críticas que la modelo incluso salió a defenderlo.
Por tanto, la italiana le aconsejó que iniciaran una nueva etapa, en este caso en Italia, para poder alejarse de la presión futbolística que existía sobre el jugador en España. No obstante, la ruptura se ha producido antes de que la solución tenga efecto y, según las palabras de Álvaro Morata a Javier de Hoyos, no parece que, a largo plazo, ese remedio vaya a funcionar, porque para él se trata de una ruptura definitiva.