Álvaro Morata ha tenido que ser ingresado en un hospital Legnano de Milán tras sufrir un traumatismo craneoencefálico a raíz de un fuerte golpe en la cabeza durante un entrenamiento. Tal y como informan medios italianos, el español se golpeó con un compañero de equipo, Strahinja Pavlovic, y rápidamente fue trasladado a un hospital donde le han realizado una resonancia magnética que no desveló lesiones graves.
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A pesar de ello, Morata tendrá que seguir ingresado en el hospital al menos unas cuantas horas más para estar bajo supervisión médica y confirmarse así que está fuera de peligro. Tal y como informa Sky Sport, el futbolista se perderá el próximo partido contra el Cagliari que tiene lugar el próximo sábado 9 de noviembre. "Por precaución se le vigilará hora tras hora. Seguramente no estará disponible para el partido contra el Cagliari", ha informado el periodista Di Stefano tal y como recoge el medio Milan Reports.
Sus problemas de salud mental
El también Capitán de la Selección Española hablaba un mes atrás, en octubre de 2024, de sus problemas de salud mental que arrastra a raíz de la Eurocopa 2024, su divorcio con Alice Campello y la decisión de irse de España y jugar en Milán: "Al final, para mí, era lo mejor irme de España porque llegó un momento en el que no lo podía soportar ", reconocía en una entrevista para la COPE.
"Cuando tienes momentos duros de verdad, depresión, ataques de pánico, eso da igual el trabajo que hagas, la situación que tengas en la vida, que tienes otra persona dentro que tienes que luchar contra ella todos los días y todas las noches", reconocía sobre todo lo que sufría mientras salía al terreno de juego a cumplir con sus obligaciones profesionales.
De hecho reconocía también que estuvo a punto de no jugar la Eurocopa e incluso de volver a jugar al fútbol por sus problemas: " Tres meses antes de la Eurocopa estaba viendo si podía volver a jugar un partido. A veces lo que más te gusta del mundo es lo que más odias (...) Cuando me ataba las botas quería irme a mi casa".
Esto afectaba además no solo a su faceta profesional, también a la personal ya que lo que ocurría en el terreno de juego la gente, fans y forofos, lo trasladaban a cualquier espacio público: "Cada vez que salía siempre tenía algún episodio, a veces sin maldad, con la gente sobre algo que había pasado en partidos anteriores. Y, al final, ellos tampoco querían ir a la compra. Llegó un momento en el que me decían tantas cosas delante de mis hijos que me daba vergüenza estar con ellos. Yo intentaba explicarles la situación".