La modelo sufrió una hemorragia interna por la que permaneció en la UCI durante cuatro días después de haber sido intervenida. Para su marido y su familia fueron momentos de mucha angustia, aunque por suerte todo ha quedado en un susto. Ahora el matrimonio ha posado feliz junto a sus hijos para la revista ¡Hola! y han contado todos los detalles de este nuevo nacimiento y de cómo se han fortalecido a base de adversidades.
La primera en contestar todas las preguntas ha sido la modelo, que ha contado cómo se han ido adaptando a su nueva vida siendo seis: "No te voy a negar que, al principio, siempre cuesta un poco más encontrar un equilibrio. Me pasó también con el tercero, con Edoardo. Como los mayores son los mellizos, era la segunda vez que daba a luz y fue un poco complicado encontrarlo. Por eso ya sabía que ahora me iba a pasar también. Me entra como un sentimiento de culpabilidad hacia los mayores o hacia el pequeño por no conseguir estar en todo y con todos en el mismo momento. Encima, con el cansancio y las hormonas, estaba muy sensible".
Para ellos ha sido un sueño cumplido porque deseaban tener una hija, y así ha hablado la modelo de la ilusión de su marido: "Álvaro está como loco y yo también, pero los que más me han sorprendido han sido los niños porque la aman demasiado. Creo que el hecho de que sean todos chicos y ella sea una niña y la vean tan pequeñita y tan frágil, hace que estén enamoradísimos de ella. Juegan al fútbol y le dedican goles, llegan a casa del colegio y lo primero que hacen es preguntar por la niña, la quieren coger en brazos todo el tiempo, le quieren dar paseos con el cochecito... Están superfelices. Yo la he deseado tanto, tanto, y Álvaro también, que todavía no nos lo creemos de lo bonita que es y de lo felices que estamos".
En cuanto a cómo se desarrolló su parto y cómo se complicó su salud ha empezado diciendo: "El parto fue increíble. De hecho, es el más bonito que he tenido. Pero luego, cuando ya estaba en la habitación, tenía a la niña conmigo y estábamos con mi familia, de repente empecé a sangrar muchísimo. Recuerdo que, al girarme, vi la cara de Álvaro superblanca. A partir de ahí, no recuerdo nada más porque me llevaron a quirófano y estuve allí desde las 9 y media de la mañana hasta las 9 y media de la noche dormida".
Su marido y sus padres lo pasaron realmente mal, aunque ella no tiene muchos recuerdos al respecto: "A todo esto, Álvaro estaba fuera, superpreocupado, con mis padres. Cuando me desperté, me contaron un poco lo que había pasado. No había dejado de sangrar en ningún momento, tuvieron que hacerme muchas transfusiones y, al final, me pusieron un globo dentro del útero. Tuvimos que esperar hasta el día siguiente, a las 2 de la tarde, para quitarlo y ver si había dejado de sangrar. Gracias a Dios, la hemorragia había parado y empecé a encontrarme mejor poco a poco. Afortunadamente, fue solo un gran susto que ocurrió porque el útero no se había contraído, lo cual me produjo esa hemorragia tan grande".
Ya con retrospectiva habla de cómo se sintió en ese momento y de lo que pensó: "Pensé en las personas que quiero, en mis hijos, en mi marido, en mi madre y en mi padre... porque estaban todos destrozados. Yo también les había dicho a los niños por la mañana que me iba al hospital y que, por la tarde, ellos podrían venir a conocer su hermanita, porque ya habría dado a luz y podrían verla. Cuando ya se hizo de noche, me preocupaba que pensaran que algo no estaba bien y que por eso no habían podido verme a mí ni a su hermanita. Obviamente, cuando te suceden estas cosas, en lo primero que piensas es en tus hijos, en lo que les pueda pasar en el caso de que te ocurra algo. También en tu marido y en cómo gestionaría la situación. En lo único en que pensaba era en ellos".
Asimismo, de momento continúa recuperándose del nacimiento de su cuarta hija en el que ha sido su tercer parto, ya que se estrenó como madre teniendo mellizos. "No estoy todavía absolutamente recuperada. El posparto es muy duro, ya con los otros lo fue. Fui bastante fuerte en el hospital por darle fuerzas a Álvaro, a mis padres y a las personas que me quieren. Como no quería darles más preocupaciones, intentaba sacar fuerzas de flaqueza y hacerles ver que estaba bien, pero fue llegar a casa y soltar todo lo que tenía dentro . Durante una semana entera, no paré de llorar. He llorado mucho, muchísimo. Ya me encuentro mejor, pero todavía no estoy al 100 por 100", ha dicho, contando que cuando llegó a su casa asumió lo que le había ocurrido.
Tras lo sucedido, su manera de ver la vida le ha cambiado: "Obviamente, son cosas que te cambian y que te hacen ver lo que realmente es importante. Yo ya tenía muy claro en mi cabeza un consejo que siempre me había dado mi madre que es el no irte nunca a la cama enfadada con alguien. Yo ahora no quiero enfadarme con nadie ni un segundo de mi vida. Quiero estar siempre bien con todo el mundo, con la gente que quiero, y quiero decir mil veces cuánto quiero a las personas que son importantes para mí".
Así lo vivió el futbolista
Más allá de su intervención, también ha hablado Morata, quien ha contado cómo vivió esos momentos de máxima angustia cuando temió por la vida de su mujer: "La primera vez que vi a Alice estaba supernervioso y emocionado a la vez. La verdad es que fueron muchísimas horas de espera y muchísimas horas pasándolo fatal, en las que me daba cuenta de que mi vida no tendría ningún tipo de sentido si le pasaba algo más grave. Sentía una preocupación alucinante. Pero luego se transformó en una alegría tremenda cuando la pude ver y hablar con ella. Me pasaron muchísimas emociones por la cabeza y sentí una felicidad increíble. Después vinieron a verla conmigo los niños y creo que ese momento ha sido el mejor de mi vida".