Y es que a lo largo de los años, en el día a día de todo ser humano, se van planteando una serie de ideas e ilusiones con el objetivo de que, ya sea tarde o temprano, consigan ver la luz. Propósitos que siempre -o casi siempre- están presentes pero que durante su transcurso también tienen que afrontar las duras trabas del camino.
Porque a pesar de que muchos digan que "el dinero no da la felicidad", sí que es cierto que puede convertirse en el acompañante perfecto para poder conseguirla. Y esto es lo que le ha ocurrido, en cierto modo, a la cantante Alicia Keys.
Sueños hechos realidad
Una de las voces más aclamadas del panorama musical que, a base de garra y esfuerzo, ha sabido posicionarse en uno de los mejores puestos mundiales y cuyas ganancias también le han ayudado bastante a cumplir más de un objetivo. El de vivir rodeada de naturaleza y con vistas de ensueño es, sin duda alguna, el mejor de ellos.
A partir de entonces, los días para la ganadora de nada más y nada menos que 15 Grammys parecían transcurrir en una nube. Todo era idílico entre esos fuertes muros. Más si cabe cuando la persona a la que tanto quieres y con la que deseas pasar el resto de tu vida lo comparte contigo, en este caso, su marido Swizz Beatz.
Una belleza arquitectónica con la que deseaba hacerse la intérprete de 'Girl on Fire' y que le ha acompañado durante todos estos años en cada uno de sus éxitos profesionales. Tan fuerte ha sido el deseo por esta vivienda que incluso la pareja ha llegado a bautizarla como 'Dreamland' -'tierra de los sueños-.
Allí, tanto su felicidad como su eterna sonrisa siempre han sido partícipes de todas y cada una de sus experiencias "hogareñas". Desde las rutinas diarias hasta las íntimas quedadas entre amigos, sin olvidar la multitud de trastadas y "primeras veces" que sus hijos, Egypt Daoud Dean y Genesis Ali Dean, habrán experimentado entre esas cuatro paredes.
Con el cartel de "se vende"
"Era un sueño hecho realidad. Por eso la llamamos 'Dreamland'", aseguraba la cantante a The Arizona Republic. Sin embargo, parece que con el paso del tiempo este gran deseo ha ido derivando, poco a poco, en estorbo. O así es como, involuntariamente, lo ha mostrado la propia Alicia Keys hace apenas unos meses.
¿Qué de qué manera? Colgando el cartel de "se vende" a una de sus adquisiciones más preciadas -o al menos por el momento-. "Todo el que viene se encuentra muy a gusto. No hay en el mundo un lugar como éste", afirmó una vez la neoyorquina. No obstante, se desconoce la razón exacta que ha terminado por llevar a Keys a tomar una decir como esta.
Adiós a una de sus metas más queridas. Y como etiqueta, una cifra que sólo los más pudientes son capaces de alcanzar y, como no, de superar. Nada y nada menos que la friolera cantidad de 3.5 millones de euros. Ese es el precio por alcanzar el hasta entonces paraíso para quien defiende la belleza natural a los cuatro vientos.
Un casoplón en toda regla construido frente a la montaña de Camelback, en Phoenix -Arizona-, y que se caracteriza, sobre todo, por su casi plena apariencia acristalada. Un detalle que abarrota la estructura de la vivienda -la mires por donde la mires- y que le permitía, hasta hace unos meses, divisar este precioso paisaje desde cualquier rincón de la casa.
Sin duda, un pabellón de cristal donde las características han sido cuidadas con minuciosa precisión y cuya decoración refleja a la perfección el carácter de la artista. Empezando, como no, por la influencia musical en una de sus salas, en forma de piano de cola en color morado. Un instrumento de pura elegancia que se funde con los detalles vanguardistas y modernistas de cuadros e inmobiliario y que se orienta a una de sus grandes cristaleras.
Un auténtico palacio de cristal
En total, tanto lo que es la vivienda en sí como todo el terreno que la rodea conforman una cantidad de casi 8.000 metros cuadrados. Una extensión visible desde prácticamente todos los puntos de la ciudad y desde la que se pueden contemplar asombrosas vistas del valle de Arizona.
Sobre todo, a través de sus ventanales de 6 metros de altura, que invaden desde habitaciones hasta baños e incluso cocina. Aunque si hay un lugar desde el que se pueden divisar sus vistas de la forma más relajada posible, es tumbado en la cama que se encuentra en uno de los rincones más especiales del salón. Allí, la naturaleza y la luz parecerá engullir te por segundos.
De esta forma, la grandiosidad de esta mansión se palpa desde principio a fin. Con una grandiosa cocina con chimenea, un pequeño rincón de juegos, cuatro dormitorios -algunos con camas de bambú con dosel-, cinco baños, un aseo, una piscina exterior, una espectacular terraza con vistas a las montañas de Phoenix, una bodega, un garaje con capacidad para seis vehículos es normal que Alicia Keys se declarase prácticamente fan incondicional de ella.
Sin embargo, a partir de ahora no será la cantante quien pueda seguir presumiendo de sus encantos, sino aquel o aquella con el suficiente poder adquisitivo y la suficiente paciencia de llevar una casa de tal envergadura...