Doce días después del fallecimiento de la Duquesa de Alba, la Iglesia del Cristo de los Gitanos de Sevilla, donde se encuentran depositadas sus cenizas, fue el escenario en el que se celebró una misa en memoria de Doña Cayetana Fitz-James Stuart.
Sobre las 19:30 horas llegaban al templo compartiendo coche el Duque de Húescar, Carlos Fitz-James Stuart, nuevo jefe de la Casa de Alba, el viudo de su madre, Alfonso Díez, y la hija menor de Doña Cayetana, Eugenia Martínez de Irujo.
También hicieron acto de presencia el resto de los hijos de la Duquesa de Alba, el Duque de Aliaga, el Conde de Siruela con su esposa, Inka Martí y el Marqués de San Vicente del Barco. El único ausente fue el Duque de Arjona, que se recupera de la obstrucción intestinal que sufrió y por la que tuvo que ser intervenido.
Carlos Fitz-James Stuart y Solís se despide por fin de su abuela
Asimismo, de los nueve nietos que tiene la XVIII Duquesa de Alba tan solo acudieron dos. Por un lado, Carlos Fitz-James Stuart y Solís, segundo hijo del Duque de Húescar, que no pudo estar en el funeral a causa de sus estudios; y por otro Cayetana Rivera, hija de Eugenia Martínez de Irujo, que volvió a estar presente para honrar a su abuela.
Nada más llegar a la Iglesia en la que reposa Doña Cayetana, los Alba fueron recibidos por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, que fue el encargado de oficiar esta misa de carácter íntimo y familiar a la que solo asistieron los más allegados.
Entre los presentes también estuvieron el Hermano Mayor de la Hermandad de los Gitanos, Pepe Moreno, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, el diseñador Tony Benítez, el torero Pepe Luis Vázquez Silva, hijo del primer amor de la Duquesa, el sacerdote Ignacio Sánchez-Dalp, el periodista Antonio Burgos y Ana María Abascal. Los grandes ausentes fueron Curro Romero y Carmen Tello.