El confinamiento ha sido muy duro para todo el mundo pero las personas que han tenido la oportunidad de trabajar lo han tenido algo más fácil por el simple hecho de contar con una rutina que les sacaba de la monotonía y la soledad del hogar, si es que no estaban acompañados en casa. Esto es lo que debió pensar Alejandra Rubio, quien estaba confinada lejos de su madre y de su padre, personas muy importantes en su vida.
Mientras que su madre ha estado confinada en el ático de Aravaca, donde vivía antes de mudarse, junto a María Teresa Campos, su padre Alejandro ha estado confinado en su casa sin poder ver a su única hija. No hay duda de que para Terelu Campos ha sido difícil estar alejada de su hija en unos momentos tan delicados pero ahora por fin Madrid ha entrado en la Fase 1 y las familias y amigos pueden reencontrarse.
Alejandra Rubio y su padre Alejandro comiendo juntos en la Fase 1 de la desescaladaEste ha sido el caso de Alejandra Rubio, que no ha dudado en aprovechar el primer día de la Fase de la desescalada en Madrid para reencontrarse con su padre, a quien no veía físicamente desde que diera comienzo el confinamiento. Ambos quedaban para ir a comer juntos y demostraban tener una buenísima sintonía, charlando animadamente como padre e hija.
De comida tras unas bonitas palabras
Alejandra Rubio está viviendo su vida independizada de sus padres y disfruta de su trabajo en televisión en el programa 'Viva la vida'. La joven habló recientemente sobre su vida más personal y la relación que ha mantenido y mantiene con sus padres en una 'escalera de las emociones' y no dudó en decir algo muy bonito de su padre que seguro que ha sido objeto de conversación durante la comida.
Alejandra Rubio en el tercer debate de 'La isla de las tentaciones'"La relación con mi padre era diferente durante mi adolescencia porque era más estricto y decidí separarme un poco pero ahora todo lo contrario. Es mi mejor amigo", decía la influencer en 'Viva la vida'. Está claro que Alejandra Rubio y su padre Alejandro se llevan de maravilla y, buena prueba de ello, es que no ha pasado ni un día de la desescalada y ya han quedado para reencontrarse.
