Dice el refranero que 'donde hubo fuego, cenizas quedan' y parece que la llama entre Aitana Ocaña y Miguel Bernardeau ha vuelto a prender. Al menos así lo asegura Miguel Frigenti en el podcast de Mtmad 'En todas las salsas' donde ha contado que sus fuentes fueron testigos de una cita clandestina entre la expareja tras haberse coincidido en Catarroja cuando fueron voluntarios para la World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés.
Aitana y Miguel Bernardeau coinciden en Catarroja siendo voluntarios de la DANAYa había sido en este mismo podcast donde uno de los colabora dores aseguró que cuando se reencontraron en Valencia hubo muy buen rollo entre los exnovios al contrario de lo que se podía pensar por las formas en la que terminaron su relación públicamente allá por noviembre de 2022 tras presentar su serie 'La última'. Allí se encontraba también la madre del actor y el suegra de la cantante, Ana Duato, quien también mostró muy buen sintonía con la que había sido su nuera, lo que hizo sospechar a muchos que las cosas no sería como se creían.
"Mogollón de arrumacos, mimitos, actitud de pareja máxima, haciéndose manitas"
Ahora ha sido Miguel Fringenti el que ha dado el bombazo: Aitana Ocaña y Miguel Bernardeau cenaron juntos el pasado domingo 1 de diciembre en un restaurante del centro de Madrid. " Domingo 1 de diciembre pillan superacaramelados, me dicen que en actitud de pareja máxima, a Aitana y Miguel Bernardeau. Todo ocurre en el restaurante Charrúa", que se encuentra en el centro de Madrid, en el barrio de Chueca, en una calle perpendicular al Paseo de los Recoletos.
Aitana y Miguel Bernardeau coinciden en Catarroja siendo voluntarios de la DANALlegaron juntos, pero entraron al restaurante por separa para evitar ser vistos o al menos vistos juntos para luego reencontrarse en un reservado: " Llegan en el Tesla rojo de Miguel, ella entra corriendo y él se queda aparcando en la puerta. Se van a un reservado enorme que tiene capacidad para ocho o diez personas", asegura el colaborador.
Ya dentro, creyéndose en la más estricta intimidad, empezaron a comportarse de una forma poco propia de unos exnovios y más de una pareja de enamorados: "Están cenando, mogollón de arrumacos, mimitos, actitud de pareja máxima, haciéndose manitas, hablándose muy cerca...", asegura Frigenti.
