La muerte de Ana Martín ha provocado un auténtico tsunami en la familia Pantoja, puesto que las relaciones familiares llevan siendo de lo más delicadas durante años. La tonadillera ha vivido prácticamente recluida junto a su madre durante los últimos años, eran uña y carne y el dolor que debe sentir tras la pérdida debe ser infinito. A su lado ha estado Agustín Pantoja, quien no se ha separado ni un momento de su hermana ni de su madre.
Agustín Pantoja e Isabel Pantoja han vivido la muerte de Ana Martín en primera persona y su otro hermano, Juan Pantoja, ha estado con ellos en Cantora velando a la matriarca tras su fallecimiento. Sin embargo, Bernardo Pantoja no ha podido darle el último adiós a su madre porque la relación con sus hermanos lleva siendo distante desde hace muchos años y, con toda probabilidad, no le hubieran dejado entrar.
De hecho, se ha comentado que el hermano no sabía el estado de gravedad en el que se encontraba su madre. Pues bien, como sucede en todas estas situaciones, los hermanos han tenido que reencontrarse. Agustín Pantoja era quien llegaba en un coche tras el coche fúnebre con los restos mortales de su madre para proceder a incineración. Él entró por la puerta privada del tanatorio, evitando la prensa.
¿Cómo habrá sido el reencuentro?
Por otro lado, Bernardo Pantoja llegaba a primera hora de la tarde acompañado por su pareja, Junco, quien empujaba su silla de ruedas hasta el tanatorio. Ellos sí entraban por la puerta principal y permanecían en una sala a la espera de que tuviera lugar la incineración. Si el encuentro entre hermanos se ha producido se desconoce porque habrá tenido lugar en el interior.
Horas después, Agustín Pantoja salía del tanatorio con las cenizas de su madre y con el rostro apenado, mientras que Bernardo Pantoja también se marchaba acompañado por su pareja. Isabel Pantoja finalmente no acudió a este último adiós a su madre y se quedó en Cantora, se entiende que junto a su hermano Juan. Además, tampoco se celebró ningún responso en memoria de Ana Martín.