Es de bien nacido ser agradecido, por ello Adele ha querido tener un detalle con su madre, Penny Adkins, y le ha comprado una imponente casa en Londres valorada en 600.000 libras, lo que al cambio son casi 700.000 euros.
A pesar de que el dinero no sobraba, Adkins siempre animó a su hija a que persiguiera su sueño y que cantara, lo que la ahora estrella hacía desde su más tierna infancia. Conforme pasó el tiempo, Penny siguió apoyando incondicionalmente a Adele, que ha llegado a lo más alto en la música.
Ahora que está en la cúspide de su carrera, Adele considera que su madre fue la artífice de su éxito, y por ello le parece que merece vivir en una buena casa, la que no pudo tener cuando joven por tener que sacar adelante a su hija sola cuando era tan joven.
Adele no se habla con su padre
La buena relación que Adele mantiene con su madre contrasta con el inexistente contacto que tiene con su padre, Mark Evans, quien recientemente denunció ante la prensa que quería tener contacto con la cantante.
"He dejado mensajes en su telefóno, le he escrito y le envié felicitaciones de cumpleaños y de Navidad, pero es como si estuviera muerto para ella", ha declarado Mark Evans, que ha querido dejar claro que no le interesan ni la fama ni el dinero, sino que quiere "a su hija de vuelta y poder ejercer de abuelo".