De la vocación al éxito
A los dieciséis años decidió abandonar los estudios ordinarios y centrarse de lleno en su formación como actriz, motivo por el que ingresó en el Centro de Arte Dramático de la Universidad de Oxford. Quien sabe si fue su rostro, su estilo sobre el escenario o ese aura especial que desprende cuando entra en escena, pero ya desde aquella edad se convirtió en una de las musas de los directores británicos en las múltiples adaptaciones que se han hecho de las obras de William Shakespeare. La primera fue 'Twelfth Night', aunque fue 'Otelo' la que años más tarde le daría el gran reconocimiento.
Así lo hizo en 'Harry Potter', una de las películas más aclamadas por el público moderno gracias a la que hemos podido conocer a una gran actriz que, de otra forma, habría permanecido en un segundo plano para según qué generaciones. Lo mismo ha ocurrido con 'Downton Abbey', la serie británica que mayor éxito le ha generado en los últimos tiempos por meterse en la piel de la siempre sarcástica, peleona y llena de indirectas Violet Grantham.
Ella reconoció que, paradójicamente, ninguna de estas dos ficciones han sido sus favoritas, pues si hay un escenario en el que ella se sintió especialmente cómoda ese es el del teatro. En este sentido, también confesó en más de una ocasión que nunca se ha visto en la pantalla, pues es tan autocrítica que de hacerlo intentaría mejorar constantemente su trabajo. Esta decisión, muy a la altura de su personalidad, no parece importar a sus más fieles seguidores, quien a diario se encargan de hacerle saber su constante apoyo y cariño.
Una vida sentimental turbulenta
Si la profesional ha sido una vida llena de éxito y ascensos, la del corazón ha tenido sus vaivenes. Primero se casó en 1967 con Robert Stephens, con quien tuvo a sus dos hijos. Pero lo cierto es que lo hizo después de que Beverley Cross, quien sería su segundo marido, le pidiera matrimonio y ella después se enterara de que él todavía estaba casado. Por este motivo, ella decidió aceptar la proposición de Stepehens ante las alertas de su círculo cercano. Y es que, en el mundillo era conocida la inestabilidad del actor, algo que ella comprobó al poco tiempo de pasar por el altar con desagradables episodios relacionados con el alcohol e incluso un intento de quitarse la vida.
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De manera que, seis años más tarde de casarse decidió separarse y entonces volver con Beverley Cross, ya divorciado y listo para comenzar un nuevo capítulo en su vida con Maggie Smith. Él asumió la figura de padrastro con Toby Stephens y Chris Larkin, los hijos de la actriz, también dedicados al mundo de la actuación. Desafortunadamente, Cross murió en 1998 a los 66 años dejando a Maggie Smith rota y reconociendo un tiempo después que lo peor es la soledad que siente al llegar a casa y no poder compartir su día, tal y como solía hacer habitualmente.
Los momentos más complicados
A la muerte de su gran amor, la más que reconocida Condesa Viuda de 'Downton Abbey' también ha tenido que hacer frente a problemas de otra índole, fundamentalmente de salud. Primero le fue diagnosticada la enfermedad de Graves, una dolencia que afecta al tiroides y que obligó a la actriz a pasar por quirófano para tratar los problemas que le había generado en los ojos. Y es que, uno de los síntomas o consecuencias de esta enfermedad es la tendencia a desarrollar los ojos saltones y, por lo tanto, los problemas derivados de esto.
Cuando ya parecía haber dejado atrás esta complicación, en 2007 se le descubrió un cáncer en el pecho que la obligó a pasar por duras sesiones de quimioterapia. Ahora bien, ella no dejó de trabajar ni siquiera en este momento tan complicado y por este motivo siguió rodando la saga de 'Harry Potter' aún cuando las fuerzas le fallaban y sentía que no podía, hasta el punto de tener que ir agarrándose a las barandillas para no desvanecerse. Sin embargo, cuando ya parecía que todo había pasado, en 2012 el cuerpo volvía a darle un susto cuando rodaba 'Downton Abbey'. En aquel momento sufrió un infarto y por ello tuvo que ser ingresada de urgencia y poco después tomarse un merecido descanso.
Falleció el 27 de septiembre de 2024
Tristemente, Maggie Smith falleció en la mañana del viernes 27 de septiembre de 2024 en el hospital de Londres en el que había sido ingresada. Tenía 89 años. "Anunciamos con tremendo pesar la muerte de Maggie Smith. Falleció plácidamente en el hospital a primera hora de la mañana del viernes 27 de septiembre. Persona intensamente reservada, pasó su final rodeada de amigos y familiares. Deja dos hijos y cinco nietos que están destrozados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela ", señalaron los hijos de Maggie Smith.