La actriz tuvo su primer hijo, Luca, con su exmarido Mike Comrie hace seis años, y desde que se enteró de su segundo embarazo tuvo claro que esta vez querría experimentar un tipo de parto diferente: "Amo la maternidad más que nada. Nunca pensé que podría ser así, nunca pensé que podría estar tan feliz y tan satisfecha. Entonces pensé que quería tener la experiencia completa de lo que es traer un bebé al mundo y lo increíbles que son nuestros cuerpos". Tanto su esposo como su familia estuvieron de acuerdo con su decisión y le apoyaron desde el primer momento, informándose sobre el proceso y comenzando a buscar doulas y matronas experimentadas en los partos en casa.
Duff ha explicado que el trabajo de preparar una casa para el parto fue complicado: "Tuvimos que esterilizar toda las zonas de la casa donde yo podría encontrarme en el momento del parto y además comprar sábanas, toallas y demás elementos médicos para el momento". Además, la actriz quería estar preparada para cualquier situación: "¿Y si en el momento del parto decidía que no quería entrar en la bañera? También nos preparamos para ello planteando diversas situaciones posibles".
Pero a pesar de todos los preparativos, Duff ha hablado de cómo temía que el parto no se desarrollase con normalidad o no fuese capaz de enfrentarse al dolor:"He hecho cosas (en mi vida) de las que no creía que era capaz y sé que esta sería una experiencia similar, pero cuando hay dolor involucrado, me asusta. Realmente me asusta". Por otro lado uno de sus mayores miedos era terminar en el hospital y sentir 'que había fallado', pero fueron las palabras de su marido las que más la tranquilizaron: "¿Y qué si vamos al hospital y acabas con la epidural puesta? Comienzas tu parto en casa y después vas al hospital para recibir ahí a tu bebé, no hay nada malo en eso, no has fracaso. Terminaremos con un bebé al final, estemos donde estemos, y eso es lo importante".
Smoothie de placenta
La actriz es una mamá más que se ha sumado a la moda de las celebrities de alimentarse de su propia placenta. La estrella ha relevado que mezclaron la placenta con bayas y zumo de frutas y lo convirtieron en un smoothie. "Fue el smoothie más delicioso que he tomado... No había probado uno tan rico desde que tenía 10 años. Estuvo lleno de calorías, zumo y fruta, y todo estaba riquísimo", explica.
Esta práctica se está volviendo algo muy común en el mundo de las celebrities estadounidenses, que no dudan en experimentar con diversas recetas con placenta o incluso convertirla en pastillas. Kim Kardashian, Jennifer López o Katie Holmes son algunas de las famosas que han recurrido a esta controvertida práctica.