Durante los últimos años Novak Djokovic se ha consolidado como uno de los mejores tenistas del mundo. Conocido por su sentido del humor y sus imitaciones de sus compañeros, ha construido su carrera a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio, que lo han llevado a lo más alto de este deporte.
La idea de que los campeones se nacen y no se hacen para nada se aplica al serbio, que ha tenido que trabajar muy duro para estar hoy donde está. Vivir una infancia entre pólvora, bombardeos, viendo la peor cara del ser humano y cómo muchos de los suyos morían a su alrededor, sólo ha hecho que creara una mentalidad mucho más fuerte. Djokovic se crió durante la guerra de Yugoslavia, allí se acostumbró a vivir en búnkeres, a comer poco y a sufrir los horrores que un conflicto así supone. Sin embargo, lejos de dejarle traumas, sobrevivir a ello le hizo más fuerte. En medio de los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado, un joven Djokovic aprendió a jugar al tenis y a forjar una voluntad de hierro.
Su padre fue un famoso esquiador que, pese a sus intentos porque su hijo se dedicara a esta disciplina, no le quedó otro remedio que aceptar que el destino de Nole iba de la mano de una raqueta. " Aprendí a jugar al tenis antes que a leer y a escribir ", comentó Djokovic en una ocasión. Esa frase de disparatada no tiene nada, pues a los cuatro años ya comenzó a golpear pelotitas en las pistas del Partizan Tennis Club de Belgrado. El empeño por conseguir su sueño le hizo presentarse con tan sólo seis años ante la leyenda yugoslava Jelena Gencic, quien juró que el pequeño Novak era el mayor talento que había visto desde Monica Seles.
Con la velocidad de un lince Djokovic progresó tanto que hasta la televisión nacional serbia se interesó por él e, incluso, hubo algunos que lo tildaron de niño prodigio. Su potencial y talento eran indiscutibles, su determinación muy clara y, ayudado de un régimen de lo más estricto, que incluía dieta, ejercicio, yoga y meditación, consiguió hacerse un hueco en este deporte. Poco a poco fue escalando posiciones en el tenis profesional, hasta llegar a cumplir su sueño: ser número uno del mundo.
A lo largo de sus 30 años de vida, Djokovic ha tenido que superar numerosos obstáculos para demostrar que un serbio también puede ser bueno. Hagamos un repaso a tres de los momentos que han sido clave en la vida de este carismático tenista.
Su boda con Jelena Ristic
Podría decirse que Nole y su actual esposa llevan juntos toda la vida, pues su historia de amor dura desde que se conocieron en un colegio de secundaria para distintas disciplinas deportivas, cuando apenas eran unos adolescentes. Sus allegados afirman que lo suyo fue amor a primera vista pero, como toda bonita historia, también tuvo su parte complicada. Al acabar la secundaria sus caminos tuvieron que separarse, él comenzó a meterse de lleno en el mundo del tenis, viajando a pequeños torneos para intentar hacerse un nombre, y ella se trasladó a Italia para continuar sus estudios. Pero, la distancia se hace corta cuando dos personas se quieren y están dispuestas a luchar por su amor, y esta pareja no sólo logró encontrar la manera de verse más a menudo, sino también de formar un futuro juntos.
Tras ocho años de noviazgo, Nole y Jelena se comprometieron en septiembre de 2013, tal y como anunció el tenista en las redes sociales. Los dos tenían prisa por casarse y tuvieron que hacerse hueco en la apretada agenda de él. Así que, en julio del año siguiente, estando ella embarazada de su primer hijo y tres días después de que Djokovic se coronara campeón de Wimbledon, se dieron el sí quiero en una multitudinaria ceremonia, pero privada de los medios, en la isla Stevi Stefan que duró varios días.
Ristic siempre ha estado presente en los partidos importantes de su marido y creyó en él cuando tan sólo era una joven promesa. El apoyo de esta pareja ha sido recíproco y él la considera su mejor amuleto, por eso ella intenta no fallar a ninguna gran cita. Ambos no han tenido nunca ningún reparo a la hora de mostrarse muy felices juntos en las redes o disfrutando de su amor en público, ya que la fama no es algo que moleste al serbio, todo lo contrario, está encantado de que se le reconozca, de hablar con la prensa y de estar siempre rodeado de gente.
Jelena Ristic es, sin duda, una pieza fundamental en la vida de Djokovic que, al igual que otros tenistas como Rafa Nadal o Roger Federer, tiene a su lado a una mujer desde hace muchos años que le ha otorgado una estabilidad emocional muy importante también para su éxito profesional. La pareja protagoniza una historia de amor que nació en el colegio y que acabaron sellando en una isla a la orilla del mar.
Número 1 del mundo
Cuando Novak Djokovic empezó a dar sus primeros golpes con una raqueta con tan solo cuatro años tenía claro una cosa: quería llegar a ser el mejor del mundo. Y vaya que si lo consiguió, su perseverancia y talento han hecho que su nombre aparezca ya como uno de los más grandes en la historia del tenis mundial. Quién se iba a imaginar que aquel niño que aprendió a manejar una raqueta en medio de bombardeos y hambre, se iba a convertir en toda una leyenda.
Pocas veces en la historia del tenis se ha visto a un joven surgir con tanta fuerza y confianza en sí mismo como la que ha demostrado tener Novak Djokovic. Cuando apareció en escena en 2006 muchos lo consideraban un jugador talentoso pero irritante, pues sus 'descansos' supuestamente injustificados a mitad de partido para aliviar dolencias hicieron que se ganara la enemistad de más de uno. Eso, sumado a las imitaciones que hacía de algunos compañeros, como Maria Sharapova y su saque con el cambio de pies o la forma en que Nadal se ajusta el pantalón, lo han llevado a estar en el punto de mira y a ser amado y odiado a partes iguales.
Ajeno a las críticas, Nole ha sabido sobrellevar las opiniones de la gente y de la prensa, que sólo le han hecho más fuerte, y ha demostrado por qué ha llegado a ser el número uno del tenis. Este rango lo consiguió en el año 2011, dos días antes de ganar por primera vez el torneo de Wimbledon y su tercer título de Grand Slam al imponerse a Rafa Nadal en la final. Con 223 semanas siendo número 1, actualmente ocupa la quinta posición en ese ranking, y la cuarta en número de semanas consecutivas, con 122.
Con un palmarés de leyenda en el que figuran 12 Grand Slams y 1 bronce olímpico, entre otros logros, Novak Djokovic se ha consagrado como uno de los mejores tenistas de la historia. Con una fortaleza mental increíble y una habilidad para desgastar a sus rivales y quebrar su voluntad, Nole se ha convertido en un auténtico peligro, aquel que se atrevió a retar a las dos figuras dominantes de este deporte, Federer y Nadal, y que consiguió destronarlos.
Su hijo, su mayor triunfo
De todos los trofeos y logros que Novak Djokovic ha conseguido a lo largo de su extensa carrera, sin duda, su hijo Stefan es el mayor de todos. El pequeño vino al mundo el 22 de octubre de 2014, dándole la mejor de las alegrías a sus padres.
Entre torneo y torneo, Djokovic saborea el otro gran triunfo de su vida, como marido y como padre. Durante este último año se ha puesto en duda el bajo rendimiento del tenista de Belgrado, que tenía acostumbrados a todos sus seguidores a ganar siempre, y las críticas sobre su descenso de nivel no tardaron en llegar. Sin embargo, esto es algo que no le preocupa en absoluto al serbio que, ante el aluvión de comentarios negativos, quiso explicar que sus preferencias habían cambiado. Aunque el tenis sigue siendo muy importante para él y sigue jugando con la misma pasión y el amor que la primera vez, desde que nació su hijo él es lo más importante en su vida y su máxima prioridad.
El tiempo pasa muy rápido y eso Nole lo sabe muy bien, por eso no quiere perderse ningún momento de la vida del pequeño Stefan. Con dos años, el niño ya da sus primeros pasos en el tenis, tal y como lo demuestra un vídeo que recientemente ha publicado el propio Djokovic en Instagram, en el que se puede ver al pequeño con una raqueta intentado golpear algunas bolas mientras su padre lo enseña. Además, Jelena
Ristic también ha compartido en las redes a qué se dedica su marido cuando no está entrenando o batiéndose raqueta en mano. Unas entrañables imágenes que muestran la faceta menos conocida del implacable jugador serbio.
Con un gran éxito profesional, junto al amor de su vida y con su hijo, se podría decir que Novak Djokovic vive una vida de ensueño que él mismo ha calificado como 'maravillosa'. Pero, si alguien se preguntaba si su dicha podría ser aún mayor, la respuesta llegó el pasado mes de febrero, cuando el matrimonio anunció que estaban esperando su segundo hijo, que nacerá para septiembre y será una niña. Ante esta nueva alegría, Djokovic tendrá una razón más por la que luchar a partir de ahora.