Aunque si hay algo que le ha aportado tanto experiencia como renombre es su paso por una de las casas de moda más importantes de este peculiar universo: el sello Balenciaga. Fue durante los años 2012 y 2015 cuando el estadounidense fue elegido para sustituir a Nicolas Ghesquiere y ocupar el puesto de director creativo de la firma, perteneciente al conglomerado de lujo de Kering. Un empujón hacia el reconocimiento que, además, le ha ayudado a proclamarse vencedor de innumerables premios y que, para desgracia de muchos, llegaba a su fin hace exactamente un año.
Así es. Este diseñador estadounidense no solo parece haber decidido experimentar nuevas sensaciones dentro de su trabajo, sino que también le ha llevado a determinar otra serie de cambios relacionados con su día a día. ¿De qué forma? Poniendo en venta su lujosa residencia de Nueva York. Una fiebre inmobiliaria por deshacerse de ciertas propiedades que ya han experimentado otras imágenes conocidas y que ahora ha conseguido apoderarse del modisto. Por el momento, se desconocen las razones que han llevado a Wang a deshacerse de sus viviendas más exclusivas.
Elegancia y glamour al estilo Wang
Ya sea por trabajo o por razones laborales, lo cierto es que esta serie de decisiones suelen estar a la orden del día entre los famosos. Motivos que les llevan a cambiar continuamente de lugar de residencia y que ahora han terminado por invadir también a Wang. De esta forma, y a partir de este mismo momento, cualquier privilegiado podría hacerse con uno de los apartamentos más lujosos de todo Nueva York. Una increíble mansión dotada de nada más y nada menos que 2.500 metros cuadrados y ubicada en uno de los enclaves más exclusivos de toda la ciudad: Bachelor Pad.
No obstante, y conociendo estos dos únicos datos del inmueble, es lógico pensar que la cifra de compra solo puede estar al alcance de los más pudientes del planeta. En total, casi 4 millones de dólares por hacerse con una de las casas con más glamour de todo Manhattan. Y es que desde que Alexander Wang decidiera, en el año 2010, hacerse con la vivienda, cada uno de sus rincones ha ido adoptando el carácter de su más sincera personalidad. Un toque al estilo Wang en el que ha tenido mucho que ver el decorador Ryan Korban y que ha inundado de arriba abajo este loft neoyorquino.
Todo un lujo en cuanto a dimensiones y decoración, si se tiene en cuenta que se trata de una mera y simple vivienda de edificio. Aunque, seguramente, lo que más llame la atención de curiosos y posibles compradores es conocer los detalles y las características que definen a este exclusivo inmueble. Casi 3.000 metros cuadrados repletos de elegancia donde se puede encontrar un dormitorio, una gran cocina y, cómo no, un inmenso y envidiable vestidor. Pocas estancias para una vivienda de tales dimensiones, por lo que es fácil imaginar la extensión y la amplitud de cada una de sus estancias.
Además, dos de los detalles que mejor definen el interior de la vivienda es su elegancia y minimalismo en blanco y negro y su gran luminosidad. Techos de hojalata, pareces blancas, suelos oscuros, sillones de cuero, encimeras de mármol... Multitud de obras de arte elegidas por el propio diseñador y que han estado rodeándole durante todos estos años. Aunque parece ser que dentro de la venta no estarían incluidos todos estas particularidades. Es decir, sí la reforma y la distribución de todas sus habitaciones, pero no cada uno de los objetos y muebles que conforman el 'loft'.
Por lo tanto, la futura decoración quedaría en manos de su próximo dueño aunque, por supuesto, el espíritu de Alexander Wang quedará por siempre en cada uno de sus rincones. Sobre todo, en aquellos que conforman su magnífico vestidor. Seguramente, éste habrá sido uno de los lugares preferidos para el estadounidense y en el que habrá pasado la mayor parte de sus horas libres. Uno de los enclaves del inmueble que le habrá proporcionado más de una inspiración y que a cualquier amante de la moda le gustaría poder tener. Un rebose de glamour, elegancia y estilo magnífico...