Marta Luisa nació el 22 de septiembre de 1971 en el Hospital de Oslo convirtiéndose en el primer vástago de los Reyes Harald V y Sonia de Noruega y cuyo nombre fue elegido en homenaje a su abuela, la Princesa Marta de Suecia. Desafortunadamente, a fecha de su nacimiento, en Noruega reinaba la Ley Sálica, por lo que ella quedó en la segunda posición en la línea de sucesión al trono por detrás de su hermano, el Príncipe Haakon de Noruega, que nació en 1973.
Apenas unos meses después de su nacimiento se celebró su bautizo, para el cual sus padres eligieron como padrinos al Rey Olaf V de Noruega, la Princesa Margarita de Suecia o la Princesa Ragnhild de Noruega, entre otros.
La joven estudió en escuelas públicas por expreso deseo de sus padres y, en 1990 la Ley que impedía el acceso de las mujeres al trono quedó abolida por lo que la Princesa Marta Luisa volvió a ocupar un puesto en la línea de sucesión al trono, pero después de los hijos que más tarde tendría su hermano Haakon con Mette-Marit de Noruega.
La hija mayor de los Reyes Harald V y Sonia acudió a la Universidad de Oslo y a la de Maastricht gracias a una beca para estudiar fisioterapia, aunque no ha llegado a ejercer como tal. Precisamente gracias a una de sus profesoras conoció a Ari Behn, con quien comenzó una relación en 2001 una vez que ella estuvo de vuelta en la capital noruega tras terminar sus estudios. Finalmente, fue el 24 de mayo de 2002 cuando contrajeron matrimonio en la Iglesia de Nidarosdomen de Trondheim, y tan solo un año después dieron la bienvenida a su primera hija, Maud Angelina.
Marta Luisa de Noruega nunca llegó a ejercer la profesión que había estudiado y,gracias a su pasión por los cuentos populares y la música, la joven creó una compañía cuyas actividades estaban centradas en el entretenimiento y el espectáculo de televisión. Fue durante el pleno rendimiento de este negocio cuando la hermana de Haakon de Noruega tuvo a sus dos hijas pequeñas, Leah Isidora y Emma Tallulah.
Llamativa fue la decisión que comunicó a su padre de querer tributar por sus actividades profesionales para así ganar su propio dinero y no tener que depender económicamente de la Casa Real, por lo que desde aquel momento ella renunció a ser Alteza Real, aunque sí mantuvo su reconocimiento como Princesa de Noruega. Ahora bien, más escandalosas fueron sus declaraciones en las que aseguraba poder hablar con los ángeles además de haber creado una empresa relacionada con la lectura de energía y demás campos relacionados con la espiritualidad.
Desafortunadamente, en Agosto de 2016 anunció que se separaba del que había sido su marido durante 14 años tras las constantes polémicas que habían rodeado su matrimonio. Según anunció la Casa Real había sido de mutuo acuerdo y ambos habían decidido compartir la custodia de sus tres pequeñas para lo que establecieron sus respectivas residencias a tan solo 5 kilómetros el uno del otro.
