Almudena Martínez, más conocida como Chiqui, fue una de las concursantes de la décima edición de 'Gran Hermano'. Nació el 23 de marzo de 1984 en Cartagena y, como su madre, llegó al mundo padeciendo enanismo. Sin embargo, ella siempre ha defendido que el hecho de medir 1,29 metros nunca le ha afectado ni en su vida diaria ni en su autoestima, ya que asegura que no se siente acomplejada por su estatura.
Empezó a trabajar en un supermercado de su tierra natal cuando solo tenía 17 años, desempeñando las funciones de cajera, panadera y pescadera, haciendo así gala de su valía para llevar a cabo cualquier tarea que se le ponga por delante. Sin embargo, parece que el mundo académico no es lo suyo y aunque empezó a estudiar para convertirse en auxiliar administrativo, nunca logró finalizar su etapa como colegiala.
Con 24 años se dio cuenta de que estaba harta de pasar sus días rodeada de comida y decidió encerrarse en la casa más famosa de la televisión: la de Guadalix de la Sierra. Durante los 124 días que fue concursante de 'Gran Hermano 10' logró forjar una amistad muy especial con Iván Madrazo, el cántabro que se hizo con los 300.000 euros de premio y que relegó a Chiqui al puesto de tercera finalista. Su sentido del humor le hizo ganarse un hueco en el corazón de los espectadores y su popularidad le permitió pasearse de plató en plató una vez había finalizado el concurso.
El dinero que ganó lo invirtió en abrir Watersound, una discoteca ubicada en una conocida zona de ocio murciana. A pesar de que al principio fueron muchas las caras conocidas que se dejaron caer por el club, Chiqui tuvo que colgar el cartel de cese de negocio porque, según ella, sus socios la estafaron. Por fortuna para Almudena Martínez, sí que se pudo llevarse una cosa buena de ese negocio: conocer al amor de su vida, Borja Navarro, el DJ que pinchaba en el local.
Ante este panorama, Chiqui decidió volver a su medio primigenio y, entre otras colaboraciones, se hizo con un puesto de reportera en 'Sálvame Diario'. Los buenos índices de audiencia daban a entender que a la gente le seguía gustando verla en la pequeña pantalla, pero unos problemas de salud que nunca detalló la obligaron a dejar su trabajo, aunque la productora dejó la puerta abierta para cuando quisiera volver.
Poco después, Chiqui se reincorporó a la plantilla de 'Sálvame' pero esta vez como colaboradora, aunque tampoco duró mucho tiempo y en esta ocasión fue la empresa quien decidió despedirla. Así, arruinada y en la calle, la exgran hermana tuvo que hacer las maletas y marcharse de la capital española para retomar sus raíces en Murcia, viviendo junto a su novio Borja Navarro en una casa de campo de sus padres.
Los enamorados se dieron el "sí, quiero" ante los ojos de cientos de espectadores, ya que sus nupcias fueron retransmitidas por el programa de 'Las bodas de Sálvame'. Mercedes Milá e Iván Madrazo fueron algunos de los amigos famosos de Chiqui que acudieron al evento, marcado por la ausencia de la familia del novio. Para celebrar que ya eran marido y mujer, los dos viajaron a Punta Cana por su luna de miel y pasaron unos días que jamás olvidarán.
Sin embargo, la felicidad les duró bien poco y mientras que Chiqui participaba en la edición de 2014 de 'Supervivientes', varias mujeres se animaron a contar que Borja Navarro se les insinuaba y que le había sido infiel a su mujer. Sin embargo, aunque estuvieron separados por un tiempo, Almudena Martínez demostró que tiene un gran corazón y perdonó al hombre que un día le juró amor eterno.
En 2016, Navarro y Martínez fueron testigos de cómo su relación se consolidaba después de convertirse en padres primerizos con la llegada al mundo de la pequeña Alma después de sufrir varios abortos. El parto de Chiqui también fue televisado y las cámaras de 'Sálvame' recogieron con detalle el momento más especial de la vida de los dos murcianos. Ese mismo año, la exgran hermana participó en 'Sálvame Snow Week', perdiendo de nuevo un reality show al convertirse en la tercera expulsada.
Después de una etapa de silencio mediático, Chiqui y Borja volvieron a situarse en la palestra tras el paso de un amigo suyo por 'Supervivientes 2018'. Se trata de Maestro Joao, que mantenía una relación tan buena con la pareja que incluso es el padrino de su hija Alma, pero después de llegar de Honduras no quiso saber nada de los murcianos porque hablaron mal de su supuesto novio mientras él estaba concursando.